Somos Buscadores
Víctor López, LOS BUSCADORES, 35 x 30 cm, Óleo sobre tabla
Todos en algún momento de nuestra vida comenzamos una búsqueda de forma consciente o inconsciente de diversas cosas que nos ayuden a llenar nuestras vidas, nuestros vacios.
Algunos somos buscadores de la verdad, aquellos que escudriñan sin cesar, queriendo saber dónde se encuentra o quién la tiene secuestrada; qué ideas engloban la verdad, mientras otras piensan que tienen la verdad absoluta en sus manos.
Otros somos buscadores de la sabiduría y del conocimiento, aquellos que no se conforman con saber algo o poco, sino que están deseosos todo el tiempo con aprender más y más para engrandecer su mente, aunque en otros casos, sean sus egos.
Unos buscamos redención, porque en algún momento sentimos que nos equivocamos y no somos capaces de darle vuelta a la página y volver a empezar, y terminamos cargando esa cruz a cuestas por la calle de la amargura durante todo el tiempo que podamos, autocastigándonos al hacernos pasar por cosas que nuestra alma no puede soportar.
Existen otros buscadores de consuelo para su corazón o alma herida; aquellos seres que no sienten alivio con nada, cuya tristeza está a la orden del día y nada los llena o los satisface por más que lo intenten.
También estamos los buscadores de la sanación, los que piensan y sienten que no sólo lo externo se puede curar, sino también lo interno; aquellos que pasan por todas las terapias necesarias que les dejen como nuevos o que al menos los haga sentir mejor para continuar en su camino.
Están los buscadores de la paz, los que sólo quieren callar los gritos de su mente y corazón, aquellos que necesitan recobrar su sueño profundo y recobrar la armonía entre su mundo interior y el exterior. No son los que buscan la paz en el exterior, pero no la paz de otros, sino la propia, saben que para conseguir la paz afuera, primero tienen que encontrarla adentro.
Y por supuesto no podían faltar los buscadores de la felicidad, aquellos que muchas veces han tenido que ser antes buscadores de la verdad, de la sabiduría, de la redención, del consuelo, de sanación y de la paz, para poder llegar a alcanzar la felicidad tan deseada, que solo se puede encontrar en el camino recorrido, en el crecimiento interno durante su andar.
Es un largo camino a recorrer, pero es importante saber qué clase de buscadores somos y de seguro cada uno lo descubrirá.