'Godzilla: The Planet Eater' y su fuerte enfoque en la ciencia ficción
Si hay algo que ha probado la trilogía de película de Godzilla de Netflix, es que el concepto funciona aún hoy día y puede ser continuamente modernizado. El escritor de este proyecto, Gen Urobuchi (Madoka Magica, Psycho Pass), ha generado, quizás, demasiadas expectativas. Las dos primeras películas recibieron críticas mixtas, mientras que la tercera y final, la que nos ocupa en este artículo fue mayormente aclamada.
Las dos primeras, a pesar de cada una cerrar con momentos tensos, dramáticos y que lo dejaban a uno con ganas de más, pecaban de comenzar y desarrollarse muy lentamente. Esta tercera película arranca con todos los motores. Revelaciones que cambian las reglas del juego, desarrollo de personajes y la llegada de la versión modernizada de un villano tan clásico con King Ghidorah, todo contribuye para hacer de esta entrega un viaje emocionante dentro del universo de Godzilla.
Uno de los aspectos más interesantes de esta trilogía y que destaca en esta tercera parte es lo enfocada que está en la ciencia ficción, especialmente reflejado ahora en Ghidorah. Este enemigo, a diferencia de otras criaturas como Godzilla o Mothra, no es terrestre. De hecho, en los mitos de Godzilla, King Ghidorah siempre ha tenido orígenes extraterrestres. Sin embargo esta es la primera vez en toda su historia fílmica que se siente como alienígena. Considerando que los personajes viven en un mundo donde monstruos como Biollante o Mothra existen, ¿qué hace especial a un “simple” dragón de tres cabezas? Pues resulta que aquí Ghidorah es presentado como una anomalía gravitacional capaz de generar singularidades, y así, deformar el espacio-tiempo alrededor de sí. Como si eso fuera poco, Ghidorah no puede ser percibido por ningún radar y mucho menos se le puede tocar. Solo puede ser percibido por la vista, el oído y por los efectos adversos que genera a su alrededor, como por ejemplo inhabilitar el escudo protector que le permite a Godzilla no recibir daños físicos.
Los efectos que produce Ghidorah y su propia naturaleza extradimensional lo vuelve una amenaza terrorífica en este filme, que más que para fans de estas criaturas, está hecha para fans de la ciencia ficción en general.
El rol de Ghidorah como punto final de los mundos que han llegado al pico de la prosperidad, la cual es evidenciada por la llegada de un Godzilla, le da a la trilogía un toque trágico, fatalista y a la vez fresco a la franquicia. Este rol además nos hace reflexionar sobre nuestro rol en el universo, o más bien, la falta de este. Con todo y sus errores de ritmo en las primeras dos películas, si tomamos en cuenta la frescura de conceptos, los aspectos filosóficos tratados, las escenas de acción repletas de emoción y el hecho de que este tercer filme cerrara con broche de oro, estamos ante una obra bastante recomendable seas o no fan de Godzilla. Es anime y ciencia ficción de calidad, aunque no explota todo el potencial que uno esperaría de un proyecto con el nombre de Gen Urobuchi en él.