Es difícil sobre llevar las consecuencias de tus decisiones, y mas si nos vivimos culpando de lo que pudo ser y no fue, hoy, acepto mi parte de la culpa y también la suya, cuando un matrimonio fracasa, no solo es culpa de una de las partes, y ciertamente cuando pasa la tormenta te reencuentras contigo misma, ambas lucimos y somos mas felices y autenticas ahora, y eso nuestras hijas lo notan y alguna vez lo agradecerán, a la final la gente podrá juzgarme como quieran, yo tengo el coraje de asumir mi vida sola y de no estar con alguien solo por ser la Sra casada, no vivo una mentira, y eso me hace sentir orgullosa, tu eres estupenda persona y madre, la opinión del resto es solo eso, una opinión, no determina tu vida ni tu futuro, el divorcio es parte de nuestra evolución y del pasado, una etapa dura para reencontrarnos con quienes realmente somos y hallar la vida maravillosa que merecemos.