Enfrentando al vacío, afrontando el reflejo PARTE I

La vida es vista desde perspectivas completamente diferentes, y es allí donde Andrés Páez nos muestra lo difícil que ha sido mantener la constancia en estos tiempos de crisis.

Aunque ya había realizados estudios universitarios en otra institución, encontró su vocación en la docencia y la enseñanza del deporte. Durante largas conversaciones expresó que era en los más pequeños que debía iniciar el cambio para crear generaciones de provecho con las herramientas necesarias que les permitiera ser mejores personas. O como nos recalcó infinidad de veces ser-humano.

Desarrollo de los Procesos cognitivos y afectivos, fue la cátedra que le abrió las puertas a la escritura y desde entonces, día a día crea increíbles escritos que espero algún día pueda compartir con nosotros en Steemit. Sin más preámbulos, les presento el primer capítulo de esta aventura maravillosa que a todos nos tocó en lo más profundo.

La educación para mí es un deporte combativo, pero no se trata del combate al hombre físico, sino al hombre interior. Lo obliga a conocer sus límites y a superarse a sí mismo. Cada vez que comparo las dos profesiones, ambas tienen similitud en todo. Así como un pugilista entrena sin descanso para subir al ring a enfrentar a su adversario, tal cual lo debe hacer un estudiante para enfrentar los problemas que atacan su vida y su profesión. La única diferencia es que en vez de usar guantes y subirse a un ring, el estudiante usa un lápiz como sus puños, un cuaderno como sus guantes convirtiendo el ring en el salón de clase. Quizás algunos de ustedes no entienden los que trato de decirles.

El pugilista se cae y se levanta, hace ajustes en su estrategia para seguir en combate, de igual manera el estudiante debe hacer lo mismo. Si pierde una materia debe seguir hacia adelante, porque la lucha no se trata de velocidad, se trata de paciencia y si la caída es muy fuerte, debe sentarse, analizar, reflexionar sobre los errores que ha cometido y cambiar su plan de ataque para seguir avanzando hacia su meta.

Algunos me preguntan “¿Para qué cambiar? ¿eres idiota Andrés?”, pero yo sólo quiero ser profesor y ya, esta es mi única verdad. A veces no sé si reírme o preocuparme cuando los escucho hablar y expresarse con esa clase de despreocupación. En realidad, me da tristeza, tanto por ellos y por los que seguirán su ejemplo.

Aún no han entendido que ellos serán líderes, que el futuro de un país está en sus manos, niños, jóvenes, y adultos escucharan sus palabras y trataran de tomar sus ideales como inspiración y motivación, querrán seguir sus ejemplos. Por esa razón estoy en contra de mala actitud de los profesores, que se toman esto como un juego.

Cuando ocurren esos casos siento que mi oponente, la ignorancia, toma ventaja en el combate. Si estos líderes no suben al ring bien preparados, los enemigos de la educación los vencerán fácilmente. Tales enemigos tienen por nombre: ignorancia, maldad, desinterés, flojera, pereza, desmotivación, tristeza… en realidad son muchos y algunos tienen tanto poder, que inclusive han llegado a devastar pueblos enteros, dejándolos en la miseria y el hambre, tal cual, lo vemos ahora en Venezuela.

Mi país, mi pueblo ha sido noqueado por estos adversarios, debido a que los estudiantes no han entendido el propósito de la educación. No leen bien, no entrenan bien sus mentes, han sentido el golpe del enemigo y siguen sin cambiar. Lo que me impulsa a seguir, es que están naciendo jóvenes líderes con las mismas ganas que yo tengo por noquear a estos formidables adversarios. Solo que no han recibido el entrenamiento adecuado para enfrentarlos.

A algunos le da miedo el entrenamiento, y se entiende, no todos están dispuestos a pelear contra la ignorancia y la maldad, no ven más allá de sus límites, pero si entrenaran bien, si hacen de la escritura y la lectura una disciplina, un arte, un deporte se darán cuenta de que no hay nada que pueda frenarlos, ya no habrá ignorancia que valga, no habrá maldad que no pueda ser combatida. Seriamos un ejército de líderes que saben cómo pelear, porque han entrenado sus mentes y corazones con convicción, tal como lo hace un púgil que tiene por primera vez la oportunidad de pelear por el título mundial contra el rival más fuerte de su categoría. ¡Seriamos los ganadores! le arrebataríamos el título de campeón a la maldad y la ignorancia, y nuestro país sería liderado por personas educadas, llenas de fe, liderazgo y valor.

Sé que los golpes que más lastiman a la ignorancia y a la maldad son el amor, la valentía, el entusiasmo, la disciplina, la fe, el ánimo, el orgullo, el deseo, la esperanza, la paz, la paciencia, el conocimiento y la lectura. Estos golpes lastiman a los enemigos de la educación tan, pero tan fuerte que hacen que retrocedan y dejen el combate.

Particularmente, viendo esta gran problemática, hare todo lo que esté a mi alcance por entrenarme, prepararme, estudiar, leer, indagar, buscar, y desarrollar ideas para atacar esta crisis que nos rodea. No importa, si me quedan materias o si un profesor me repruebe, no me detendré en mi camino, un título de profesor no me garantiza la victoria, porque estos enemigos no ven lo físico, ellos dañan al hombre desde el interior. El peor oponente es aquel que no puede verse, pero si se detecta y se ataca tempranamente podremos vencerlo.

Seguiré rogando a Dios que envié a esos valientes, a esos guerreros que quieran ponerle fin a esto, aquellos que tengan o sientan la misma preocupación que siento yo. Y destaco que no es tan solo criticar, es actuar con inteligencia, no a lo loco. Al hombre no se le vence por su fuerza física, se le vence en la mente. De hecho, entradores de peleadores actuales que han alcanzado el éxito, afirman que el boxeo se trata 100% mente. Ellos dicen que a un hombre se le vence por la debilidad de su mente, porque han visto por sus propios medios como hombres de gran fuerza mental, se levantan todas las veces necesarias para ganar la pelea, es decir, que un hombre con una mente entrenada y una mente sólida, será difícil de derrumbar.

Allí puede apreciarse la similitud que tiene el pugilismo con la pedagogía, ambos se enfocan en la mente, en el alma, en la personalidad del individuo. Y si analizamos a los líderes mundiales que han sido ejemplos en la historia del mundo, ellos fueron hombres con bases educativas muy fuertes, no entrenaron su cuerpo para la batalla física, sino para la batalla mental. La maldad y la ignorancia no pudieron dominarlos, ellos quedaron vencedores.

Debo admitir y mencionar que a pesar de que estudie Ingles, la filosofía, hablar con la gente, enseñarles a descubrir sus habilidades y potencial se ha convertido en un deseo personal más allá de mi rol como profesor de inglés. Esto es un fuego, un anhelo por hacer algo por la humanidad, rescatando a los venezolanos del problema en el que estamos. Siento que el boxeo, la pedagogía, el estudio y el amor pueden ayudarme a realizar este gran trabajo.