El día de ayer, temprano por la mañana, me dirigí a mi querida UCAB para presenciar dos obras de teatro que culminaban la primera fase de la formación actoral de un grupo de jóvenes que, con muchísimo talento y dedicación, se habían encargado de crear, dirigir y producir en tan solo un mes.

Es indudablemente complicado tratar de capturar la esencia de un personaje a través de una fotografía escénica, pues en vista de que el actor siempre está en constante movimiento, y sus expresiones faciales pueden cambiar en cuestión de menos de un segundo, implica todo un desafío conseguir una toma en la que se distinga la energía, la elocuencia y la actitud de a quien se interpreta.