Ya a estas alturas y gracias a tantas publicaciones en la red, sabemos que podemos ir modulando y cambiando nuestra manera de pensar en forma rápida y efectiva.

Es cuestión de que te lo propongas y comiences a entrenar cada día tu pensamiento.

Es que es mejor y más beneficioso ver siempre “el vaso medio lleno que medio vacío”

Es necesario hacerlo porque como seres humanos nuestro cuerpo, gracias a la producción y secreción de hormonas, predispone cada momento para las reacciones emocionales a nuestro cerebro.

Si un pensamiento negativo, poco esperanzador, de ruina incluso, que es tan frecuente; nos ronda la mente, este será un factor para la instalación de emociones como tristeza, decepción, intranquilidad y todas las reacciones de angustia.

Esto es debido a que el organismo nos prepara para “resolver” o para enfrentar o para huir.

Con estas emociones o pensamientos viene la liberación de hormonas que generan neurotransmisores que actúan elevando la presión arterial, aumentando el trabajo del corazón, generando aumento del funcionamiento nervioso y renal.

Incluso los trastornos cognitivos como falta de atención, de concentración y de memoria, son producidos por estas circunstancias físicas desencadenadas por el “mal pensar”

Ten en cuenta que cambiar o al menos mitigar pensamientos negativos no es tan difícil.

El cerebro funciona mediante vías nerviosas, si ya está “llena una vía con un determinado pensamiento” cada vez que un estímulo o recuerdo la transite, se dará ese pensamiento una y otra vez.

Pero una vía puede vaciarse, es decir, eliminarse; y ser llenada por otro pensamiento que permita la secreción de hormonas de tranquilidad o neurotransmisores del bienestar.

Cuando salga, simplemente hay que negar ese pensamiento, idear el porqué no es cierto o del todo cierto, no aceptarlo. La vía se vaciará por consiguiente

Pero como es una “carretera abierta” que al negar su tránsito la hemos vaciado, debe llenarse nuevamente o el pensamiento anterior regresará.

Inmediatamente hay que dar el razonamiento más lógico y tranquilizador; aquel que nos permita estar esperanzados; lo cual es posible el 99% de las veces en la experiencia humana.

Y así volver a llenar esa vía nerviosa con material nuevo, más relajante, más real, pues no podemos negar que los seres humanos somos entes de búsqueda y de solución -la inteligencia es la capacidad de resolver problemas- y no seres de quejas y de esperar que todo suceda, mientras tomamos una postura estática ante los acontecimientos.

Pongamos un ejemplo:

Una dificultad para pagar una deuda puede llenar de pensamientos de imposibilidad; si ante ellos los negamos, entendiendo que una deuda es preocupante pero es una forma de incitarnos a buscar una solución o camino para pagarla; estamos vaciando la vía, limpiándola, eliminando el pensamiento negativo u obstaculizante.

Si inmediatamente afirmamos una verdad, como que existe una posibilidad de producir más con más trabajo, o vender un bien de poco uso, o simplemente pedir ayuda a quienes son cercanos; en ese momento estamos creando una respuesta neutralizante para el pensamiento incapacitante anterior

Pensar en este momento que se tiene una deuda pero que es posible subsanarla y que hay que buscar la manera, pues existe y en muchas opciones, será el nuevo y más positivo tránsito que obtendrá esa línea nerviosa ahora llena de expectativas o de posibilidades.

Es una cuestión de entrenarse cada día, cada momento; de convertirse en el vigilante de nuestras propias visualizaciones mentales y de irlas cambiando poco a poco.

fuente

^{Pixabay. Autor: Thangphan}

Suena extraño para muchos, demasiado fácil para otros, y para tantos más, -cada día el número de ellos aumenta- una manera sencilla, comprobada y efectiva de ir alejando la negatividad de nuestros razonamientos.

Como sea que las teorías metafísicas y las psicológicas se empeñen en técnicas parecidas, lo importantes es que se hace el esfuerzo para ir alejando una manera de ver al mundo cerrada y sin posibilidades.

Recordemos que somos materia, que nuestras reacciones sean físicas o emocionales llevan detrás procesos bioquímicos.

Comamos sanamente, seamos activos, hagamos actividades de relajación para aquietar la mente; y ahora, comencemos a cambiar lo negativo por al menos, posibilidades.

Es decir, trabajar para estar en equilibrio cada día…

fuente

^{Pixabay. Autor: antonika}

Veamos un video de Nuria Andreu, con opciones para el cambio del pensamiento negativo que nos podrán servir de ayuda como técnicas para ir logrando el control de nuestras ideaciones:

7 estrategias para desactivar y cambiar tus pensamientos negativos y empezar a romper esa dinámica de químicos en la que ha entrado tu cuerpo.

Y para más en: NuriaAndreu.com