"Nada cambia si tu no cambias"
Aunque suene cliché la frase "nada cambia si tu no cambias", cada vez más debería estar presente en la mente de los venezolanos.
No se trata de la responsabilidad de un Gobierno y de la economía vivir en un país mejor, sino de la personalidad de cada uno de nosotros. Esa que se forma en casa con la buena crianza, valores y costumbres.
Sin embargo, parece que con el pasar de los años, cada vez se ha hecho más difícil seguir con las costumbres de nuestros padres y abuelos.
Ya no sólo existe pobreza económica, ahora tenemos una peor que es la mental. Lo vemos a diario en los supermercados, entidades bancarias y transportes público tras dejar a flor de piel la poca solidaridad, educación y conciencia con el prójimo.
Parece común ver como se irrespetan las personas unas con las otras.
Como los puestos preferenciales para (adultos mayores, personas discapacitadas, embarazadas y mujeres con bebés en brazos) se vuelven invisibles para algunos. Que prefieren ver a las personas marearse en una cola o peor aún, en un autobús, para poder ceder el lugar.
Parece mentira, pero esa pobreza de mente muchas veces se ha desarrollado por el diarismo o quizás malas experiencias: "yo lo hago porque a mi me lo hicieron".
Para no ir muy lejos (porque me pasó) los adultos mayores pelean con las embarazadas y mujeres con bebés en brazos para exigir un puesto preferencial (que es de todos) en las unidades del Bus de Tránsito Rápido (BTR) porque se sienten los únicos con derechos.
Hasta dónde hemos llegado.
No se necesita ser la persona más estudiada para sacar un país adelante. Tampoco tener el dinero del mundo. Creo que con la calidad humana empezaríamos a dar un gran paso. Por eso comparto la frase: "nada cambia si tu no cambias".
Es lamentable pero muy cierto lo que dices. Me paso algo estando embarazada, fui a un sito muy concurrido a hacer unas compras y habia mucho calor, y me bajo tanto la tension que casi me desmayo, me llevaron a servicio medicos de alli en silla de ruedas y me atendieron, al sentirme mejor mi esposo le pregunto al coordinador de las cajas si me podia pasar la compra para no hacer nuevamente la cola y el respondio que no porque los viejitos se iban a molestar si me pasaba. Ya nadie tiene ningun tipo de consideracion es lamentable pero nos hemos convertido en unos insensibles.
tal cual, es que ni los buenos días se dan, y cuando se dan muy pocos responden, ensuciamos las calles por la flojera de buscar el bote de basura más cercano y así.