La realidad de un maestro venezolano
Buenos días a todos mis seguidores, un poco desaparecida por fallas de Internet... pero ya estoy de vuelta con ustedes.
Este es un tema quizás un poco trillado por muchos sobre la situación de nuestro país, pero les quiero contar la realidad existente que viven los maestros a diario. Y hablo desde mi percepción como colega de lo que vivimos dentro y fuera de un salón de clases, porque es evidente que también nos ha tocado vivir está experiencia muy de cerca.
El maestro, esa persona que nos han enseñado, que día a día hacen el mayor esfuerzo de formar para la vida a las nuevas generaciones, hoy su calidad de vida ha empobrecido.
Hace mucho tiempo atrás un maestro se sentía orgulloso (muchos se sienten orgullosos de lo que hacen aun) sin embargo, en la actualidad, hay tantas intermitentes que han interrumpido está fuerza y energía emocional para impartir sus clases.
Antes un docente podía vivir de su sueldo, podía disfrutar de buenas vacaciones, vivir bien, había una motivación que los llevaba a sonreír ante un niño.
Ustedes se preguntarán porque hablo de esto...
Hace unas semanas me sentí realmente preocupada, ya que al realizar abordaje de niños con Necesidades Educativas Especiales en el servicio dentro del colegio, tuve varias entrevistas con los representantes de estos chicos, quienes cada uno de ellos, hablaron de un punto en especifico:
Antes la maestra era más comunicativa conmigo.
Mi hijo me dice que la maestra va un día si y otro no.
He notado que la maestra se ha vuelto muy distante.
Mi hija me dice que a veces la maestra se va temprano.
Mi hijo me dijo que encontró llorando a la maestra cuando regresaron del colegio.
Hablamos de una maestra en particular.
Al día siguiente comenté la situación con mi superior, para hacer abordaje con la maestra un día después.
Al principio, al abordar a un adulto, quien quiera que sea, intenta defenderse. (Mecanismos de defensa ante el miedo) al final de la entrevista luego de realizar las recomendaciones pertinentes al caso, de dar algunas estrategias para con sus niños ya que de alguna forma se han visto afectados,cambio de algunas estrategias, etc...
De pronto... le hago la última pregunta... ¿ Maestra, y usted como se siente?
La maestra, rompió la coraza... Y mientras aparecen lagrimas, me dijo:
A veces no tengo que comer.
A veces me cuesta llegar al trabajo porque no tengo efectivo.
Mi sueldo no me alcanza...
Mis dos hijos se fueron del país.
A veces tengo que salirme del aula para ir a hacer una cola para comprar comida...
Un cartón de huevos vale mas de lo que ganó al mes...
Mientras hablaba, se me partía el corazón.
No pude hacer otra cosa en ese momento... sólo abrazarla.
Muchos de nuestros representantes juzgan el quehacer del docente hoy en día pero... han llegado en algún momento a preguntarle... maestra y ¿usted cómo se siente?
No sabemos la realidad que vive cada quien, sólo juzgamos. Y la situación emocional en la que nos ha envuelto la situación país, es aún mas evidente...
Un maestro es un ser humano que también siente, que se aboca para atender a su hijo, quien se preocupa por las dificultades de su hijo, que no es uno sólo: Son 41 realidades dentro de un aula, 41 niños con pensamientos diferentes, 41 niños únicos, 82 representantes (padre y madre) con los que tiene que abarcar muchas estrategias para cada uno... un maestro quien, de alguna forma, hace vida en la vida de sus hijos.
Es difícil que un docente venezolano deje los problemas en casa, cuando está viviendo un duelo migratorio, cuando no tiene que comer, ni para trasladarse a su trabajo. Que fácil sería poder decir hoy dejo en está cajita mis problemas y para cuando llegue a casa pienso en ello.
Si cada uno de nosotros nos ponemos en sus zapatos, pudiéramos aportar y ayudar a los docentes sus palabras serían otras al conocer la realidad que cada uno de ellos viven dentro del colegio...
Hemos perdido tanto como seres humanos, que la situación país sólo ha llevado a pensar en si mismos. Y han olvidado que nuestra misión en la vida, en todo los ámbitos, como Dios lo dijo... ¡Ayuda a tu prójimo!
En ocasiones hemos ayudado, con lo mucho o con lo poco, nuestro equipo de trabajo y entre aquellos que aún son pudientes... es una satisfacción poder hacer la voluntad de Dios y poder extender la ayuda no solo a los docentes, sino también a todas aquellas familias que por las mismas razones que vive el docente no pueden llevar a sus hijos al colegio. Demostremos nuestra calidad humana para la cual fuimos creados.
... La idea no es quejarse de lo que nos sucede, la idea no es juzgar al otro, el objetivo es permanecer unidos y ayudar a nuestro hermano, amigo, colega, representante...
Acercarse... Y conocer la realidad de cada representante, de cada docente... juntos podemos abrir el camino... andar por un mismo sendero donde todos nos podemos ayudar, levantarnos. Dios está con y entre nosotros... y con Él nada nos faltará. Empecemos hoy... nada cuesta decir... como te sientes hoy... las palabras también son fuente de motivación y demuestran nuestro lado humano.
es muy cierto amiga, a los educadores los denigran aqui en Venezuela, se les trata como si no valieran y ellos son los que estan preparando el futuro del pais,es una lastima y como la maestra de tu historia esta se repite mil veces, saludos excelente trabajo.
Totalmente amiga. Lo vivo... es mi experiencia dentro del colegio.
Definitivamente cada quien libra su propia batalla y hoy en día la empatía está en escasez. Lamentable. Saludos
Si es lamentable... pero solos, no se ganan las batallas. Gracias por tu comentario
Es muy lamentable lo que estamos viviendo en nuestro pais venezuela, un maestro deberia recibir el mejor salario, la educacion es tan importante para poder llevar un pais al desarrollo, se me parte el corazon escuchar esto porque no es la unica maestra que esta en estas condiciones sino muchas maestras las que estan luchando contra la inflacion y aun asi permanecen fiel por amor a su vocacion, Dios bendiga a todas las maestras y su oido se incline a su clamor, que todo lo que ellas piden sea concedido. Amen
Asi es amiga... Dios no nos desampara.
sin duda una realidad que vivimos en todos los niveles educativos del país.