Oda al dogma.
Borregos.
Pastores incoversos alabando a un verbo mudo,
durmiendo a sus corderos para alejarlos del edén,
falsos profetas que son títeres del mundo,
sepultando entre falacias al Dios de Israel.
Se encuentran inverosímiles consumiendo vanidad,
vendiendo un evangelio a una idolatra humanidad,
plásticos mesías amordazando la verdad,
pero su reinado de hipocresía no progresará.
El estado al estrado para el juicio final,
y su pueblo amaestrado como ganado envenenado perecerá.
Ya dictada la sentencia, sepultura en remanencia,
arrebatado con violencia el sentir de pertenecía, los azotes sin clemencia.
Borrego simpático sin pensar esquemático,
individualismo emblemático, mascaras de carne y no de plástico.