Hay días en que la vida me parece injusta conmigo mismo, como hay días que siento que la vida me da todo lo que necesito, simplemente todo depende de cómo te va en un día, si hubo mucho tráfico o no, si llegaste a tiempo para tu cita con el doctor, a clases o con el odontólogo. Después de andar por las calles abarrotadas de personas, solo quieres llegar a tu apartamento y tomar una ducha, luego vas a la cocina, preparas algo de comer si es que no olvidaste comprar algo en la tienda, siendo así, no te queda más remedio que hacer lo que tengas.

Enciendes tu computadora, ingresas a internet, predeterminadamente se abre tu correo en el navegador y lo primero que ves son los recibos de la luz de 25$ dólares, del agua 25$ igual, los servicios adicionales de televisión y comida que pediste durante el mes, sumando juntos 60$ dólares. Te olvidaste de que ya es el primer día del mes y es hora de pagar lo que debes, de ese modo cruel entras en razón y caes en cuenta de porque el dueño del edificio te saludo de una forma no tan amigable cuando te lo encontraste subiendo las escaleras y de su cara cuando le dijiste -Sr. Jobb ¿Cuándo llamara a un técnico para que repare el ascensor?, subir las escaleras por 11 pisos después de un día tan cansado no es muy placentero-, entras a tu cuenta del banco y solo tienes 100$, ganas 400$ dólares, pero por gastar en café, taxis, almuerzos y cigarrillos, te quedas sin suficiente pasta. Dices “Mañana resolveré”, así que apartas tus preocupaciones buscas el nombre de tu artista preferido y mientras escuchas su música o ves sus videos deseas tener su mismo estilo de vida, ellos no se ven preocupados, no les falta nada, el dinero les sobra. Lo que pensaste que sería un buen método de relajación término siendo la vía directa para entrar en crisis.

¡Ah sí! Discúlpenme por no presentarme, mi nombre es Anthony, Anthony Merch. Nací en California, Oakland, después que termine la universidad me separe de mis padres y me fui a vivir solo, mi madre no estaba de acuerdo y quería que me quedara, mi papa por otro lado insistía en que era lo mejor, decía que yo debía salir y explorar el mundo, tener novias, amigos, mis propias responsabilidades y lavar mi ropa íntima. Pensé que mi padre tenía razón, era hora de ser solo el mundo y yo. Salí de mi casa, pero que va; no tenía a donde ir, determinado me fui por 15 días a la casa de mi amigo Fred mientras conseguía un lugar estable donde vivir, sinceramente me gusto estar allí esos días, la mama de Fred estaba pendiente de nosotros, en realidad, ella lo hacía todo. La mayoría del tiempo nos la pasamos Fred y yo sentados frente al televisor jugando futbol, pero en mis adentros sabía que yo no podía seguir viviendo sin sentido.

Un día me levante con ganas de darle sentido a mi vida, de ser más independiente. Me vestí y salí de la cueva, camine aproximadamente cuatro cuadras y en una esquina estaba un edificio, en la vidriera estaba pegado un papel que decía “se alquilan habitaciones por 50$ c/mes”, en realidad pensé que era una broma o que quizás el cartel estaba mal escrito, pero de ser cierto estaba seguro que sería una de las habitaciones más económicas que podría encontrar, en los demás lugares una habitación pequeña rentada podía llegar a costar 150$, no lo pensé más, empuje la puerta de vidrio encontrándome con una recepción pequeña, en ella solo había un par de muebles y una barra estilo Bar, detrás estaba un señor ya un poco pasado de edad, mirándome fijamente dijo –¿Buscas algo?-, con un poco de dudas respondí –Afuera vi un cartel que decía..-, -se alquilan habitaciones por 50$ cada mes- concluyo él, -¡Sí!- Exclame, -es cierto, por usar la habitación y lo que hay en ella 50 dólares, el recibo de agua y de luz lo pagas tu- dijo el con voz enérgica. Me parecía que el precio estaba bien, tenía pensado conseguir un trabajo lo más pronto posible así que de seguro podía pagar la habitación. El pagar el agua y la luz no era algo que me preocupaba, pues solo estaría en la habitación por las noches y luego al amanecer saldría a trabajar, todo me parecía perfecto, salí corriendo del lugar para la casa de Fred, al llegar le hable de aquella oferta pero por obvias razones yo no tenía como cancelar el primer mes, Fred hablo con su mama y ella me presto los 50 dólares. Entre al cuarto donde estaba mi ropa, la acomode en mi maleta y salí nuevamente al lugar que sería mi nuevo hogar, llegue y el señor de edad avanzada ya no estaba, encima de la barra estaba una campanita, animoso me abalanzo a tocarla pero justo antes alguien dice –Espera-, y sigue -¿Eres el chico de hace un rato, verdad?-, dirigiendo la vista hacia la escalera me doy cuenta de que es otro señor, respondo con seguridad -¡Si, soy yo!, el señor que estaba aquí me dijo que..- Interrumpiéndome él dice, -Si, mi padre- continua mientras descendía por las escaleras -Lo lleve a su habitación, está enfermo y no puede esforzarse tanto, al dejarlo me dijo que tu vendrías, mi nombre es Jobb Land-, de verdad me sentía impresionado por la seguridad que tenía el padre del señor Jobb para saber que yo regresaría.

Estirando mi mano me presento, -Mi nombre es Anthony Merch y vengo por una habitación de 50 dólares- el asienta y dice, -Está bien, ¿Traes dinero? Debes pagar el primer mes por anticipado, y luego cada primer día del mes pagaras el arrendamiento, si no lo haces iras a la calle, la luz y el agua que gastes debes pagarlo por tu cuenta- seguro que si no lo hubiera dicho de forma amigable fuera salido corriendo como la primera vez, pero para más nunca regresar. Busque en mi bolsillo el dinero, asegurándome que los 50 dólares estén completos, los dejo encima de la barra, a su vez él se encamina a escoger una de las llaves que están sobre un colgante puesto en la pared.

Después de esto se da la vuelta hacia mí colocando la llave a un lado de los 50 dólares, diciendo –Recuerda, esta llave será tuya mientras pagues a tiempo-; -No habrá problemas, se lo aseguro- respondí. –Habitación 53, piso 11-, rápidamente pensé “subir 11 pisos todos los días será un buen ejercicio”, -No te preocupes, puedes tomar el ascensor- agrego, “adiós piernas tonificadas”, pensé. Sin más, tome la llave y la maleta, con la cara en alto avanzo hasta el ascensor y antes de tocar el botón sus puertas se abren, dentro de él venían tres señoras, pero en el ascensor solo había espacio para dos, me miraron fijamente y yo les correspondí, salió una primero posteriormente las otras dos. Ignore la situación, entre al ascensor, presiono el botón correspondiente al piso 11, se cierran las puertas y en solo segundos estoy en frente de la puerta de mi nuevo apartamento.

Introduje la llave un poco emocionado en la cerradura, estaba ansioso por saber que se encontraba tras esa puerta, se notaba que la cerradura estaba ya un poco vieja, aplicando un poco de fuerza logre abrirla, enciendo rápidamente la luz y wala... Hogar, nuevo y dulce hogar. Primera mirada rápida a la habitación y veo: paredes de color rosa, cama pequeña, un ventilador, teléfono y una ventana que ve hacia la calle, en frente hay una cafetería se ve mucha gente entrando y saliendo de allí, un poco más adentro está el baño... Si, el baño un poco descuidado de tamaño reducido. Después de todo, la vista me parecía excelente, estaba geográficamente bien ubicado con lo necesario para vivir, nada mal para ser solo por 50 dólares y para un chico de 20 años. Si había valido la pena así la vida y yo nos habíamos presentado con el pie derecho.

Continuara....