Eso me ocurre a mí, y he aquí mi primera meta. Deseo lo mejor para todos a quienes les tengo cariño, y a los que no -he ahí la cuestión- también les deseo lo mejor. Porque, aunque no les tenga aprecio, alguien más les debe tener cariño, alguien más desea lo mejor para esas personas, y no estoy obligaba a ser yo, pero la persona que le tiene cariño a alguien que a mí no me agrada, debe ser porque conoce algo de esa persona que no alcanzo a vislumbrar, y eso le da un motivo para quererlo.

Entonces, tal vez algún día nos podríamos llevar bien, tal vez un día no seamos rivales. Tal vez no sea la persona que yo percibo, que aparenta o que es realmente.

Nada es lo que parece.

Y si yo también le deseo lo mejor a esas personas, quizás algún día vea ese lado que otros sí pueden ver y yo desconozco por un inmaduro "me caes mal".

Porque aunque me desagraden humanamente hablando, nadie deja que alguien se ahogue en el mar, teniendo la posibilidad de tirarle un salvavidas.

Aunque sí, hay personas sin corazón, pero a todos nos pesa en algún momento la conciencia por esas cosas que no hicimos, que pudimos haber hecho mejor, y quizá nos sentiríamos mejores con nosotros mismos. A decir verdad, es mejor arrepentirse de cosas que hicimos, que de cosas que nunca tuvimos en el valor de hacer.

Por eso, hay personas que se lanzan al mar, por salvar a alguien, aunque no sepan nadar. Por esta razón, nunca he logrado odiar a las personas.

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¡Saludos!