Futurología del pasado:
El extraño juego de palabras que identifican esta publicación no es de mi autoría. Se lo escuché al músico Miguel Delgado Estevez, quien, junto a Laureano Márquez, conduce el programa del circuito Unión Radio:”Divagancias”. En los inicios de ese prestigioso espacio radial también estaba el “excelentísimo”: Pedro León Zapata, hoy lamentablemente fallecido.
Miguel usó esa expresión durante el programa del 07 de Abril del año en curso, destacando que era original de uno sus profesores, a quien no identificó cabalmente. En esa ocasión divagaron largamente sobre diversos temas, especialmente de la historia patria, analizando que hubiera pasado en nuestro país y en el mundo, si las cosas no hubieran ocurrido tal cual ocurrieron.
Por ejemplo, hablaron de la prematura muerte de la esposa de nuestro libertador Simón Bolívar y que hubiera hecho nuestro libertador si hubiera sido un hombre felizmente casado y con hijos. Se hubiera dedicado a la vida familiar o habría emprendido la gesta libertaria de cinco naciones. Así muchas otras divagancias futurológicas del pasado, hasta que se acabó el programa.
Por supuesto, me trasladaron a mi pasado, a mi vida en la ciudad y a mis constantes viajes al campo.
Por cosas de la vida nací en la ciudad. No reniego de eso. Pero sin duda hubiera preferido ser campesino. A lo mejor viviría de otra forma. Serían otros derroteros. Otra vida.
He salido pocas veces de mi país, así que no puedo hablar con propiedad acerca de las características más resaltantes de los campesinos de otros lares, pero sí creo conocer parte de los campos venezolanos y cada vez me maravillo más de sus paisajes y de sus pobladores. De entrada se puede decir que son puros e inocentes. A tal punto, que no se le ve actitudes malintencionadas hacia su prójimo. Al verse acosados por tribulaciones, prefieren la conciliación al enfrentamiento. Y me consta que tienen suficiente fuerza física y rudeza en su cuerpo como para defenderse. Son amigables y dados a conocer a los visitantes, con quienes, comúnmente, comparten su casa y comida!
Campesinos de copeyal, sector Páramo negro, parroquia Aguedo Felipe Alvarado, municipio Iribarren, Edo. Lara.
Casi de la nada, pueden levantar una vivienda estable, confortable y acogedora.
Para tal fin se valen de materiales como el barro, la paja y cañas de carrizo o caña brava, que les permiten construir paredes de bahareque, capaces de bloquear el frío, refrescar el ambiente y soportar movimientos telúricos. Los techos los elaboran con madera de la zona o usando hojas de diversas palmas. Los pisos son de barro horneado, que da un excelente aspecto y un resistente recubrimiento que, incluso, puede ser curado con derivados del petróleo tales como el gasoil o querosén. Las bases de las casas las hacen con horcones de madera, de árboles como el samán, vera o guayabo.
Como pueden ver, son buenísimos constructores, dentro de su empírico accionar. Las casas tienen grandes fogones, ventilados, donde cocinan con leña. Más recientemente cocinan con gas propano, que compran en cilindros. En las zonas cafetaleras, también he podido ver amplios patios de cemento rústico, donde orean el café y casas de bloque y concreto.
Campesinos de la zona alta del Edo. Portuguesa, preparandose para la navidad.
Sorprende saber que pocos tienen ambición por los estudios formales. Prefieren ser criadores de ganado, agricultores o más recientemente, apicultores, piscicultores y pocos ejercen el comercio. Lo que sí es evidente es su enorme inteligencia, sobre todo a la hora de criar a sus hijos. Son llevaderos. Los orientan con sabiduría de maestros. Los guían por senderos de valores. Son profundamente religiosos y creyentes. Su fe los lleva por la senda del respeto al prójimo y amor a sus semejantes.
Se puede afirmar con toda certeza, que es gracias al campesino venezolano que se ha logrado preservar las hermosas cuencas de agua, bosques y montaña, así como nuestra flora y fauna. La labor agrícola y pecuaria que ejerce el campesino es pilar fundamental de la dieta del venezolano.
En fin, es nuestro campesino el mejor representante del gentilicio venezolano, guardián de la patria y germen de la fecundidad ganadera y agrícola. Honor a quien honor merece.
Definitivamente, no es por envidia. Si aplico la futurología a mi pasado no sabría decir que hubiera pasado con mi vida. Hoy día, creo haber sido feliz en muchas ocasiones, pero no se que hubiera sido de mí vida como campesino.
Alí Riera.
Buena historia y muy buena reflexión señor Alí. Esa ultima pregunta que se plantea quedará en el aire, lo que si puede responder es que será de su vida ahora si se dedicara en el presente a establecerse en el campo. Haciendo un poco de futurología pero del presente, en mi humilde opinión creo que le iría muy bien
Gracias. Eso de establecerme en el campo se ha planteado a nivel familiar y es una real posibilidad. Quiera DIOS que se llenen las expectativas y el ciclo de vida se complete en armonía con la naturaleza. Saludos
Hermoso! me recuerda mucho a mis vacaciones de niña cuando mi papá me llevaba al campo y éramos realmente felices.
Gracias por leerme. Esas vivencias del campo aún se viven allá en sabaneta. Sobretodo en esos hermosos ríos del llano venezolano. Suerte que la conocimos y hemos podido compartir momentos gratos, junto a su familia.
Excelente relato Sr. Alí
Gracias. Realmente siento lo que planteo en esta publicación.
hermoso amigo, me encanta su redaccion y como se expresa, me gustari que pudiera ayudarme a mi con su grandiosa escritura.
@calitoo
Claro que es posible. Estoy a la orden para cualquier aclaratoria o duda de índole académica.
Holaaa Ali desde ahora soy tu nuevo seguidor ❤
Agradecido por ese respaldo. Te deseo mucho éxito.