Luces y oscuridades habitan dentro de mi ser.

Soy un complejo mundo de contrariedades, yuxtaposiciones, ambigüedades y complementariedades.
Es más fácil que me conozcas a que yo te cuente, es difícil poner en letras lo que soy y lo que puedo llegar a ser.

Soy agridulce a veces, variopinto otras.
Soy las sombras de lo abyecto y las inconsistencias de lo sútil, es la manera que tengo de ver la realidad.
Soy un mundo inacabado, soy una compleja mezcla heterodoxa de irregularidades intrínsecas.
Soy un vertiginoso cambio de polaridades.
Soy apacible unas veces y recio otras tantas.
Soy una rara inexactitud de ratón de laboratorio con arte circense en una otredad asfixiante.
Soy el borde de la mesa danesa que se esconde en la vieja habitación de la mansión.
Soy el animus domini del homoerectus que circunda la calle ajena.
Soy el filántropo más temerario de la regia comarca.

Soy una inefable historia que tiene más verosimilitudes, que cualquier cómic de periódico viejo.
Soy un sinfín de contrariedades insondables que divagan en el transcurrir de una mente que agota.
Soy el pernocta vigilante de los incendiarios que nacieron en mi anterior generación.
Soy la efímera luz que se asemeja al amanecer tras un eclipse total.
Soy dueño del deseo desquiciante de unos labios que me pertenecen.
Soy la inconmensurable envidia que corroe las viejas amistades.

Soy la oscuridad de una noche en que las velas se encienden con cerillos inútiles.
Soy el amargo favor del padre abandonado por la traición de su iglesia.
Soy el llanto silente del que espera condena sin derecho a ser juzgado.
Soy una dinámica transformadora de días en noches sin luna.
Soy el recuerdo de una infancia alegre en el patio de la casa de los abuelos.

Soy el retoño del amor de la niña que se convierte en madre.
Soy el anhelo del extranjero por volver a su país.
Soy el sí de una novia a su prometido.
Soy el perdóname de un hombre a su madre.
Soy el aquí estoy de un niño, ante sus padres.
Soy tantas cosas y a la vez ninguna.