Saludos Esteemitas. Hoy les presento otra emoción relacionada con viajar con la mente a través de programas radiales.
Cuando era niña había una serie radial semanal que se llamaba: "La vida en las canciones". Para mí, era extremadamente emocionante porque desde siempre tuve tendencia a ser analítica y asumía el reto de no sólo disfrutar la historia que creaban a partir de una canción que estuviera de moda, sino verificar que en verdad atinaran con la esencia de lo que, para mí, expresaba la letra de la canción.
No había problema con el horario en que la soltaban, porque salía al aire los domingos a las 9 de la mañana, así que iba a misa dominical, a las 8 am, con mi hermana y regresábamos con cierto fanatismo a escuchar la historia de la canción que hubieran seleccionado, la cual era anunciada desde unos días antes.
No obstante, como nada en este mundo es perfecto, llegó el momento en que no recuerdo si cambiaron el horario de la misa o se extendía por algún motivo en particular, pero el caso es que cuando llegábamos a casa, ya había comenzado o había terminado la serie. Malo, malo... Porque yo era muy "yo" y mis prioridades no solían ser impuestas y si lo eran, yo le buscaba la vuelta. Así que no sé qué me inventé, pero en esos tiempos mi hermana tenía que ir sola a la iglesia porque yo me quedaba a oír mi serie y luego le contaba todo a ella con lujo de detalles.
Pareciera extraño que una niña pudiera tomar sus propias decisiones, pero no lo es tanto si consideramos que mi familia era grande: 5 hermanos. Mi madre siempre estaba sola al mando, porque como les conté con anterioridad, mi padre era militar y con cierta regularidad lo cambiaban de puesto de servicio, por lo que pasaba mucho tiempo ausente. Mi carácter era firme y retraído, madura para mi edad, nunca jugué con muñecas, no me involucraba en peleas ni discusiones, pero ¡ay! de quién se metiera conmigo, no lo permitía. Mi seriedad y actitud alejaba los intentos y si no, ¡mi uñas! Desde siempre tuve las uñas largas y cuidadas, a pesar de la sorpresa de algunos adultos, una vez la vendedora de una tiendita, al comprar mi brillo de uñas (con el ahorro de mi merienda escolar) , me dijo: "Yo no sé cómo Cordero, siendo tan jodido te deja tener las uñas largas a tu edad", yo tampoco, porque en mi casa nadie se pintaba las uñas, excepto yo. Si mis hermanos me azuzaban mucho, los corría con un arañazo y en la calle, nunca tuve necesidad de defenderme, mi actitud de "niña inteligente" me proveía de cierta "arrogancia consciente" que se convertía en un muro o armadura, según la óptica.
El caso es que, interpretar canciones siempre ha sido un deleite para mí y ubicar su tema, un reto. Por esto, me propongo traer a colación un tema que considero muy importante y que nunca pasa de moda, a través de una canción que recién descubrí de la agrupación "La oreja de Van Gogh", titulado "Tú no vales más que yo", que introduce a través de imágenes poéticas una cruda realidad que viven muchas mujeres maltratadas física o psicológicamente por su compañero de vida. Observando el video oficial, se capta muy fácilmente a través de una secuencia de imágenes, hasta qué punto la crueldad de una persona con problemas mentales hace que su pareja viva un infierno, llegando en algunos casos hasta a perder la vida, al convertirse en víctima de un depredador humano.
Para mí, la vida tiene muchas versiones de sí misma. Para unos cuantos, muy buena; para otros, no tanto. Sin embargo, para todos es eso: VIDA. Hay quienes "viven" toda su vida sin saber ni querer saber qué hay más allá de lo básico: nacer, crecer, desarrollarse y morir. Hay quienes no lo ven tan fácil y le encuentran sentido a muchas facetas de la vida. Entienden que la vida no tiene por qué tener un solo camino, siendo capaces de avanzar y retroceder para impulsarse, si es necesario. Sobre todo, si la vida que se vive no es vida, sino un remedo que le resta valor y degrada al ser interno que todos poseemos. Por tanto, lo último que puede concederse a sí mismo un ser humano es perder su autovalía. Una persona que no se valora a sí misma es una víctima en potencia. Pues, el autorespeto es el plumero para sacudirse el polvo del victimario y rechazar su influencia manipuladora.
En otra oportunidad, les hablaré del ciclo psicológico que se establece en una relación de pareja anómala, donde los malos tratos y el irrespeto imperan en el "vientre" del hogar, sin dejar de advertir que ese ciclo debe ser detenido y denunciado ante las autoridades competentes, pues el miedo no puede instaurarse y prevalecer por encima del derecho sagrado a vivir una vida plena. Entonces, sin más, los dejo con el video para que disfruten la canción y recojan luces sobre el tema de la "violencia doméstica", presente allí.
"Tú no vales más que yo" de La oreja de Van Gogh
excelente artículo
Muchas gracias, @eterli. Es un honor para mí tu apreciación.
muy buena historia, se me hizo grato pasar por aquí. Saludos desde Venezuela!
Gracias por la visita, @lindeicy. Me complace que te haya agradado.
They say risk only comes from not knowing what you are doing.
It's an edge of that complex world of human relations, my friend. But the most important thing is to cut the wings of fear and fight to regain independence, courage and self-worth.
Thank you for the visit and the assertive commentary. Your opinion is very valuable, @jehovahwitness.