UN RELATO CORTO DE GUERRA FICCIÓN: "EL SOLDADO ELÉCTRICO". Ahora, en SteemIt.
La noche en Alepo era tranquila, estrellada pero deprimente. Apenas había tenues luces encendidas en algunas de las casas y edificios que no hubiesen sido volados en pedazos por la artillería. Si las ciudades fueran personas de carne y hueso como el joven Rayhan Kozame, periodista freelance sirio de 24 años, Alepo estaría sumida en eterna soledad y herida de muerte. La que fuera la mayor ciudad de Siria y que brilló durante miles de años, pasó a ser tierra de nadie y no más que un montón de escombros a excepción de algunos lugares emblemáticos, que ya de por sí daban y siguen dando pena a día de hoy. Alepo era una ciudad “lloribunda”, una depresión hecha ciudad, peor que el infierno en la tierra. Pero entre esa miseria, la noche era muy tranquila tras la expulsión de las milicias rebeldes y la llegada de las tropas del ejército regular y una división aliada rusa, hasta que llegada la medianoche, Alepo tendría la guinda del pastel del terror más absoluto.
Rayhan Kozame no eligió ningún bando en la guerra, él tan solo quería grabar e informar de lo que veía por medio de su cámara reflex al mundo, siempre que encontrara alguna red para publicar sus reportajes editados que no hubiera colapsado por los daños estructurales que no solo Alepo, sino toda Siria, había sufrido tras varios años de guerra, explosiones, metralla y gas sarín del que ambos bandos se siguen acusando mutuamente de haber empleado contra su adversario. El joven freelance se encontraba, pese a su neutralidad, cerca de las tropas de uno de los varios regimientos afines al gobierno de Al-Ásad acompañados de soldados especialistas rusos, que consiguieron vencer pese a muchas bajas, a sus enemigos. Curioso que algunos de aquellos, incluso hablaban en español…
Los soldados decidieron, si bien sin bajar la guardia, celebrar una fiesta con lo que tenían, celebrar que habían liberado Alepo de los que consideraban no más que terroristas y abominaciones con quienes compartían especie. También se unieron algunos de los pocos civiles, familias con niños/as, simpatizantes del bando que había triunfado en la ciudad, que soñaban con el fin de la guerra en la desafortunada Alepo, en que iba a volver a ser segura, y con suerte, en un no lejano fin del conflicto nacional. Rayhan decidió entrevistar a algunos de los soldados, bajo la confianza de que funcionaría la mentira de que era un acérrimo seguidor del presidente Al-Ásad. Respondieron poco y con desconfianza a pesar de la actitud sonriente de los soldados, como si quisieran ser amables pero al mismo tiempo desconfiaran en el joven freelance, como si no fuera descartado como potencial espía del bando enemigo. El único que confío en el joven fue uno de los soldados rusos, que para fortuna de Rayhan, sabía hablar árabe. Tras relatar las hazañas que les llevaron a la victoria, invitó al joven a relajarse un poco, o al menos, a que grabara la fiesta y la alegría de una noche de gloria para el ejército sirio y sus colegas enviados de Moscú.
A los quince minutos, llegada la media noche, algo puso fin a las risas, los bailes y el buen rollo de las tropas y los civiles afines al régimen. Un relámpago surgió de la nada impactando a doscientos metros al sur de la posición de todos. Varias unidades decidieron inspeccionar que había pasado, con precaución, porque nunca se sabe si queda algún hostil dispuesto a emboscarles cuan señor del terror. Uno de los soldados se comunica por radio sobre lo ocurrido, otros tantos se siguen acercando. Entonces, otro rayo cae directamente contra el acorazado que escoltaba a las tropas. Los civiles, atónitos y aterrados, no creen lo que ven sus ojos. Entonces, el oficial al mando ordena que se refugien bajo algún edificio o casa que no fuera a derrumbarse. Sin embargo, no les da tiempo… Un tercer rayo impacta contra una mujer y su hijo cogido de la mano, cayendo fulminados al suelo con sus vidas extinguidas, y acto seguido, cae del cielo un sujeto misterioso que impacta contra los dos cadáveres, pulverizándolos en una visualmente asquerosa neblina roja.
El sujeto tenía forma humana, vestía como un soldado, mas sin insignias que lo identificaran en que bando luchaba. Si destacaba por algo, era por el brillo antinatural de sus ojos azules y la electricidad a su alrededor. Mientras todos entraron en pánico, los soldados comenzaron a disparar contra... llamémosle el misterioso soldado eléctrico, que no se inmutaba a los proyectiles, y Rayhan se dispuso a grabar todo. Sin embargo, no podría grabar mucho con lo que haría el individuo caído del cielo. El sujeto, como respuesta, provocó un estallido electromagnético que estropeó todos los aparatos electrónicos, incluyendo la cámara del joven periodista y el portátil dentro de su mochila, así como los aparatos de comunicación que disponían las unidades militares presentes. Se había acabado para Rayhan su joven carrera periodística, y lo peor estaba por venir.
El soldado eléctrico corrió contra su frente de militares, civiles y el propio Rayhan. Este último reaccionó y logró esconderse de milagro tras una casa abandonada, pero no lo suficiente para perder el conocimiento tras una fuerte onda eléctrica y sufrir de paso, varias herídas severas. Todo se volvía negro para él. A lo lejos del distrito, se apreciaba una enorme tormenta eléctrica que arrasaba la zona, y no venía del cielo, desde donde un satélite si lo podía captar. El joven, malherido, recuperaba el conocimiento diez minutos después, pero muy endolorido, sangrando de la cabeza, de la nariz y varias partes del cuerpo. Tenía dificultades para respirar, y con ello para levantarse, mantenerse en pie y ver qué había pasado. Lo que vería, resultó sumamente indescriptible.
Un enorme manto de sangre, vísceras y cenizas cubría varias manzanas de su ubicación. No quedaba nadie. Todos habían sido aniquilados por el misterioso soldado eléctrico, que para desgracia del joven sirio, no se había ido, seguía ahí donde estaba. Para Rayhan, aquel sujeto era el mismísimo Diablo, enviado a causar daño al mundo. Sin embargo, el misterioso hombre con semejantes superpoderes propios de un personaje de cómic norteamericano, si bien pudo apreciar que el muchacho sirio había sobrevivido, decidió abandonar el lugar. Si no moría aniquilado por el soldado eléctrico, el trauma psicológico que había sufrido al ver el infierno en su propia tierra, lo acabaría matando por el tiempo junto a sus heridas.
¿Quién era aquel misterioso indivíduo con atuendo militar sin identificar capaz de manipular la electricidad a su antojo? ¿Que tan fría era su inteligencia para carecer de empatía por el prójimo y exterminarlo de una manera tan abominable? ¿Para quién trabajaba, si es que trabajaba para alguien? Lo único seguro, es que desde una sala oscura en algún lugar del planeta, un hombre con traje, sin rostro público, se mostraba satisfecho ante lo que vió tras la pantalla...
-"He did it... Send back the rebels. We're definitively gonna win".
http://www.sodivartes.com/elsoldadoelectrico.html = >> (Relato publicado el 19 de diciembre de 2016).
"David Soriano Díaz, 13 de febrero de 2018"
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