Un perchero para la entrada (restauración simpática)

Como ya habéis podido comprobar los que seguís mis publicaciones, en casa, mi querida Rocío y yo estamos reciclando los muebles. No queremos comprarlos en empresas multinacionales y tenemos un montón de ellos antiguos, algunos con más de cuarenta años. Son de buena madera y perfectamente válidos para nuestro hogar. De hecho, nos gustan más. 

Pues bien, hoy os traigo una nueva pieza a la que le hemos dado una inesperada vida. Un palé que encontré abandonado en la calle y que guardé en el coche pues, días previos a eso, mi chica me había dicho algo sobre una idea que tenía para hacer un perchero para la entrada de casa. Pero, ¿un palé de perchero?... ¿Cómo es eso, salvao?

Pues eso es así:

• Una vez teníamos el palé de madera en casa, lo primero que hicimos fue darle un buen lijado. Lija que te lija, por aquí y por allí. Tantarán, tarán tarán, tralarí, larí, larí...
• Mi espectacular compañera fue a la ferretería del barrio a comprar unos soportes/enganches para la pared. Al principio pensamos en colgarlo con alcayatas, tacos y tal; pero el ferretero le recomendó unas plaquitas metálicas que se atornillan a la pared (de las cuales no tengo foto).  Son dos piezas triangulares que van a la pared, acompañadas de otras dos piezas con enganche que van a lo que se quiera colgar.
• Pintamos el palé de blanco. Con pintura para madera y sin preocuparnos mucho de la uniformidad del color, en el acabado final.
• Dejar secar, dejar secar, dejar secar... No queremos ponernos "perdidos" de pintura.
• Colgar a la pared, colg... mmm, no. No voy a repetir la misma broma.
• También buscamos en "las tiendas" unas perchas sencillas, con forma de S, que colgamos de nuestro nuevo perchero (sobre todo porque sin las perchas el palé no sería un perchero).
• Y por último, como toque de calidad, para las noches de verano... una cadena de lucecitas blancas que iluminarán nuestras llegadas a casa. Tenemos una lámpara en esa estancia pero, en cualquier caso, esas luces le dan un toque intimo, acogedor.