SIMPLEMENTE TÚ
Hacía mucho que mis dedos no escribían al amor, que mi vida seguía un rumbo independiente, que el brillo en mi mirada se había perdido y que no dejaba escapar un suspiro en medio de la nada y del todo. Pero llegaste tú, con tu peculiaridad, con tu sonrisa a medias, con tus chistes y ademanes, con tus caricias a mitad de calle. Simplemente tú.
Llegaste como un huracán arrasando con mi querida tranquilidad y soledad, llenando la estancia con tu dulce esencia. Llegaste para cambiarme.
Supe que ocasionarías el mejor o peor desastre de mi vida cuando mi sonrisa era inevitable, cuando mis manos cosquilleaban al verte llegar, cuando mis ojos te buscaban entre espacio y espacio que nos separaba. Y no te detuve, dejé que entraras, que te adueñaras, que te hicieras parte de mí como yo de ti. Dejé que tu voz se convirtiera en el arrullo de cada noche, tus brazos el abrigo perfecto para las madrugadas y tus labios el bálsamo para mi reseca alma.
Con miedos y esperanzas te dejé entrar y ahora, en cada noche observando tu rostro a centímetros del mío, ruego porque no te vayas, porque sigas pintado mi vida de colores.
Porque fuiste tú, desde un principio eras tú.
—Yulitza Nieto.
20 de marzo del 2020.
Nota: imagen extraída de pinterest: kimoyaawalker.