La Única Verdad - #RelatoErótico (Versión Extendida)

in #castellano7 years ago (edited)

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Esta es la Versión Extendida del relato erótico "La Única Verdad", la versión corta está participando en un concurso. Proximamente agregaré el link de esa versión. Espero disfrutes ambas. Un abrazo!


No sé qué entró primero a la habitación, si el sonido de cantar del pájaro que posó por un segundo en la ventana o el primer rayo de sol en aquella mañana. Despertó lento el día, porque todo se sincronizaba con ella cuando estábamos juntos. Cómo aquella lluvia en la noche que estaba triste o aquel atardecer naranja que se asomó atrás de la montaña cuando me dijo por primera vez que me amaba.

Dormida me parecía tan frágil que no quería moverme de mi lado de la cama, tan solo para no apurar su despertar. La observé por unos segundos que se alargaban a la eternidad. Era hermosa y su silueta desnuda no hacía otra cosa que demostrarlo. Perfecta. Así debía ser, pues no había cobertura física más precisa para su hermoso vivir. Su piel blanca que no se complicaba en tornarse rosada con el contacto, combinaba perfectamente con su cabello ébano.

Sus ojos perfilados se abrían extremadamente lento y yo sentí que no debía interrumpirla. Así que intenté salir de la cama lo más silencioso y desapercibido que pude. A pesar de eso, al intentar bajarme para ir a preparar una taza de café, tomó mi brazo con suavidad.

«¿A dónde vas?» Susurró ella. «A preparar una taza de café, cielo.» Respondí.

Me atrajo hacia ella y me atrapó en un abrazo. No iría a ningún lado aunque quisiera. Su olor natural era perfecto porque era como diseñado para mí y lo disfruté una vez más cuando me acercó a su pecho y le devolví el abrazo.

«No quiero que te vayas...» me dijo suavemente. «No lo haré.» Mentí.

Luego de eso me tomó por las mejillas y me dirigió hacia un beso lento. Nuestros labios se encontraron como tantas veces lo habían hecho antes. Traviesos. Así siempre habían sido. Poco a poco la fui descubriendo, tomé su pequeña cintura con fuerza, la suficiente para que se le marcaran mis dedos en su blanca piel. Eso le encantaba, lo que hizo que se riera tiernamente, pero no paré de besarla. De sus labios pasé al cuello y se retorció lentamente. Le encantaba y a mí me encantaba encantarle, no había placer más grande que hacer que se volviera loca por mí y al mismo tiempo yo me volvía loco por ella.

Sus pequeños, pero firmes senos se mostraron ante mí. Acerqué mi nariz a la mitad de ellos, donde se dividían y respire profundo. Ese calor tibio y ese olor suave a ella, hicieron que la amara todavía más. Algunos dirían que me obsesionaba, otros que yo estaba loco, pero simplemente creía en algo más sencillo que eso. Creía que tan solo la amaba.

Mis labios rozaron sus delicados pezones rosados y fue como una descarga eléctrica en su espalda. Entre risas me decía «Sabes que me da cosquillas», y claro que lo sabía. No era la primera vez y tampoco sería la última que la besaba en ese lugar. De las repeticiones me encargaba yo, del amor se encargaba ella. Besé sus pezones y ella abrió su boca un poco, soltando un gemido leve. Mis labios estaban húmedos por el pasar de mi lengua por sus senos, un pasar que fue de forma tranquila. Todo me gustaba hacerlo de forma pausada y suave.

Me acerqué nuevamente a su rostro y le besé la sonrisa. Mirándola directamente a los ojos grises le pregunté «¿Me dejas hacerte sexo oral?», siempre se lo preguntaba, y no solo a ella porque era una costumbre que yo tenía con todas las mujeres con las que alguna vez había estado. Sabía la repuesta que me daría, aunque esa mañana no dijo nada, tan solo asintió. La toqué en su intimidad y enseguida se sonrojaron sus mejillas, que se tornaron de color rosado claro. No dejó de verme a los ojos, pero volvió a abrir su boca, justo como antes.

Yo la había tocado millones de veces, incluso cuando estábamos en los lugares más incorrectos. La primera vez que descubrí su intimidad es la que más me ha gustado de todas y es la que más veces recordaba en el día a día. Ese vestido blanco era incómodo de levantar y el lugar más incómodo aún. El porche trasero de ese salón de fiestas estaba sucio, y para colmo no podía ensuciarse el vestido, pero el hecho de escaparse conmigo, de que no nos encontrara nadie, de escondernos para amarnos era totalmente excitante.

Mostró la misma cara que siempre me enseñaba y que había mostrado esa noche del porche, mientras bajé por su silueta dejando un rastro de besos en su cuerpo. Pasé por sus senos, recorrí su abdomen plano y le di mil besos lentos en los muslos, pero mi lengua se conectó con su espalda y otra descarga eléctrica la atacó cuando lamí en esa parte de su ser donde estaba demasiado húmedo. Ella no pudo evitar mojarse incluso más. Sus dedos surcaron mi cabello y empujó mi cara hacia ella. Su torso se retorció un poco hacia atrás y se mordió los labios. Mi lengua jugaba en círculos, a veces entraba y salía, recorría ese lugar especial como tantas veces antes lo había hecho antes. Ella nunca se cansaba de sentir esa lengua allí y yo no me cansaba de darle placer. Apretó su puño y me jaló un poco el pelo, pero no podía detenerse, ni yo tampoco. Lo único que pudo soltar fue un gemido apagado que se escuchó de repente y ella sintió el éxtasis invadir su cuerpo.

Me separé y la relajación fue lo que sintió. No me detuve, porque lo que se inicia debe terminar, así que me acerqué a su rostro y la volví a besar, ésta vez con la respiración entrecortada y ella estaba más frenética que antes. Me dejó entrar entre sus piernas y me apretó en un abrazo fuerte que no me quería soltar. Así que me volví uno con ella, estaba incluso más mojada que otras veces. Su interior estaba tibio y me cosquilleaba. El placer era inmenso.

«No te muevas todavía… Dame un segundo.» Dijo con los ojos cerrados y con la voz apagada. Yo obedecí, no podía hacer más nada que obedecerla. Eso era lo que nos había traído hasta ésta cama. Mi obediencia y rendición a ella. «Hazlo» ordenó.

Mis caderas se empezaron a mover lentamente y le di un beso que no terminó. Sus uñas rasgaban mi espalda, su respiración impactaba mi rostro y su corazón latía tan fuerte que podía sentirlo. Las embestidas fueron cada vez más rápidas y más intensas. Con cada caída de mi cintura sobre el cuerpo de ella, gemía cada vez con más fuerza.
«¿Te gusta?» pregunté con picardía. «Me encanta, no pares.» Respondió mi amada.

Apreté con firmeza, pero a la vez con suavidad uno de sus senos y empecé con la punta de mi dedo a jugar con su pezón rosado. Le gustó eso. Acerqué mi boca a su oreja y lamí su lóbulo, los besos en ese lugar fueron en aumento.

«¿Soy único?» le susurré al oído con malicia. «Lo eres.» me respondió entregada completamente a mí.

Fue incluso más rápido el movimiento. Una y otra vez la embestía, entonces, la miré a los ojos y me respondió la mirada con ternura, apretó fuertemente sus labios y cerró sus luces grises. Ella acabó. Yo también. La besé suavemente en el labio inferior.

«Tienes que dejar de acabar dentro.» Me dijo luego de que estuvimos unos diez minutos abrazados en la cama. «No puedo evitarlo y ¿qué más da?, no me importa si es mío.» le respondí con ironía. De ella solo hubo silencio.

Sonó mi teléfono. Lo mismo de todas las mañanas y yo con la misma voz de todas las mañanas, contesté.

«Hola, amor. Sí, cariño. En el hotel todavía, esperando el abordaje que se retrasó nuevamente. Ya voy saliendo en unos minutos hacia allá. Nos vemos más tarde. Un beso a Verónica, dile que le llevaré chocolates… Sí, yo igual… No, no estoy ocupado… sí, te amo, sí. Nos vemos, adiós.»

Ella nunca decía nada, pero sabía que le afectaba. Siempre se volteaba y levemente me daba la espalda, para que no viera sus ojos. Yo imaginaba que se humedecían un poco. El amor es así, a veces duele. A pesar de eso, ese día sí que dijo algo.

«¿Hasta que día estaremos así?» Me preguntó mientras me daba la espalda. «No lo sé, cielo. Sabes que no puedo hacerle eso a Luis.»

Se giró y miró al techo de la habitación del hotel de donde estábamos. «Es mi compañero de trabajo y tú sabes lo mucho que le dolería.» Le dije, pero realmente no me importaba lo que le doliera a él, pero es que simplemente no podía abandonar mi vida habitual, nunca había estado tan cómodo, pero tampoco podía pasar mucho tiempo alejado de ella. De verdad que no podía dejarla.

«Yo tampoco quiero alejarme de él, pero lo que te pregunto tiene respuesta y quiero que me la digas. ¿Hasta qué día estaremos así?» me volvió a preguntar, pero esta vez mirándome a los ojos.

Derretido, en mi lado de la cama, la besé lentamente. Así como la besé por primera vez cuando éramos niños, así como la besé en aquel recuentro luego de tantos años sin vernos por vivir en países distintos, así como la besé el día de su boda en aquel porche sucio y solo. Allí, atrás de ese salón de fiesta mientras todos bailaban y bebían, mientras el novio estaba tan borracho con sus amigos que no pensó en su esposa. Esa noche que nos amamos con locura y la hice por completo mía y me volví por completo suyo.

«Quédate con él» le dije esa noche en un susurro al oído luego de hacerlo rápidamente en el porche trasero, «Duerme con él ésta noche, pero recuerda que la unión no la hace un papel. Soy tuyo y tú mía, y eso será así hasta…»

La terminé de besar y sonreí. Me iría de allí, volvería a mi vida y ella a la suya, pero no encontraríamos otra vez, de eso me encargaría yo y ella debía amarme hasta mi regreso. Ella sabía lo que le diría, pero simplemente quería escucharlo otra vez. Mi amada era así.

«Soy tuyo y tú mía, y eso será así hasta el día que ya no pueda respirar más.» Le respondí antes de irme, y creo que fue la única verdad que dije en esa hermosa mañana.

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Querido Lector. He decidido en ésta oportunidad en aventurarme en un género que una compañera de la comunidad me sugirió probar. Realmente es primera vez que realizo un relato de este género, pero me he divertido haciéndolo. Como todas las buenas historias, se basa en una real. Un abrazo y espero que lo hayas disfrutado!
Argento, El Autor.


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@argentoescribe, ya los resultados fueron publicados con @vicokiwi buen relato, personalmente lo habíamos considerado para el top

i appreciate your post ^^! Thanks.

Esta muy bueno tu post

Hermano que brutal historia.

Ok, yo tengo una pregunta offtopic... Como hiciste la tabla del final? XD

Muy buen post, me impacto que fuera real jaja, muy bien hecho amigo me encanto

Muy buena redacción

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