Metro de Caracas exhibe la realidad subterránea de un país en ruinas
75% de los empleados se fueron y el deterioro en las estaciones avanza, mientras que la inseguridad se apodera de los andenes
Prensa Rumbo Libertad, Caracas (15/02/2018)
Se ha vuelto una imagen común: las cabinas de tickets del metro vacías y cerradas. El personal brilla por su ausencia en el metro de Caracas, las instalaciones están descuidadas y no hay realmente nadie que vele por el mantenimiento del que fue uno de los grandes íconos de Caracas.
Cada vez son más frecuentes las quejas de los usuarios por el mal servicio que presta el sistema de transporte más importante de Caracas, que moviliza al menos 2 millones de venezolanos diariamente. Retrasos, robos, fallas en los aires acondicionados, escaleras mecánicas inservibles y hasta asesinatos, son algunas de las condiciones con las que tienen que lidiar todos los días los usuarios. Pese a todo esto, poco es lo que se conoce sobre las condiciones que tiene que enfrentar los casi 9 mil trabajadores de este servicio, aunque de manera extraoficial se conoció que tres de cada cuatro trabajadores renunció.
El día de los enamorados, la revolución bolivariana dejó ver su relación con los usuarios que se trasladaban en el sistema, al quedarse interrumpido el tráfico de trenes y tener que desalojar a los pasajeros, a los que se les prohibió filmar el caos generalizado que provocó dentro del túnel una de las tantas fallas que presenta el principal medio de transporte público del país. Pues, funcionarios de la policía política revisaban uno a uno los teléfonos de quienes habían grabado y borraban las imágenes de la realidad que el gobierno socialista pretende esconder, en plena violación de la privacidad de las personas.
Vídeo Cortesía Venevisión
El año 2018 inició con fuertes rumores de que el personal del metro entraría en paro por las pésimas condiciones salariales a las que están condicionados en el servicio del Metro de Caracas. Los sueldos que paga el Metro a su personal no alcanzan para cubrir sus necesidades más básicas y los ajustes llegan a destiempo y fragmentados.
No sorprende a nadie porque el sistema subterráneo de transporte no es sustentable. Con el ticket mas barato de metro Bs. 4 y los MultiAbono en Bs. 36, es prácticamente imposible pensar en que el metro pueda mantener a su propio personal. La realidad es que se trata de una institución más que subsiste a duras penas subsidiada por el gobierno y aún así no es fácil mantenerla.
El resultado es que buena parte del personal ha optado por renunciar. Un empleado del servicio que prefirió permanecerse en el anonimato, denuncia que la situación más alarmante que están viviendo dentro del Metro es la no aceptación de renuncias a los trabajadores que ya no quieran hacer vida dentro de la empresa.
Al no poder entregar la renuncia, los empleados abandonan su puesto de trabajo para que así el patrono tome la decisión de despedirlos al pasar los 3 días de faltas injustificadas. La fuente detalla que estos exempleados no reciben lo que por ley les corresponde: sus prestaciones sociales y liquidación. “Han llegado a pegar carteles con la fotos del trabajador y un escrito que prohibiéndole el acceso” para evitarse que la persona pueda ir y exigir el pago, dice la fuente.
Razones económicas para renunciar no faltan y políticas tampoco: es un secreto a voces que toda persona que se muestre abiertamente contraria a las políticas del gobierno de Nicolás Maduro y que trabaje en instituciones públicas está en riesgo de ser despedido y el Metro no es la excepción.
Para mediados de febrero, el grupo Familia Metro, aseguraba que más del 75% del personal del metro está ausente, es decir, que el servicio subterráneo de transporte está operando con apenas la cuarta parte de su personal.
PÉSIMAS CONDICIONES
El metro está en franco deterioro. La mayoría de los torniquetes están fuera de servicio. Cuando funcionan las gacetas para adquirir tickets hay largas colas, escaleras paradas que impiden el acceso normal de los usuarios —en especial de las personas con discapacidad— u otras escaleras completamente desarmadas y en el abandono, algunas incluso sirven como vertedero de basura. Ni hablar de las máquinas expendedoras de tickets que servían con monedas, esas ya quedaron en el pasado; y las más “avanzadas” con una pantalla táctil, solo aceptan monedas y billetes de Bs. 2, 5, 10, 20 y 50, cuando a partir del 15 de este mes los últimos son los únicos que pasarán a ser moneda.
De 47 escaleras mecánicas que hay en la Línea 3, 22 están fuera de servicio. En las 22 estaciones, desde Propatria hasta Palo Verde, hay 171 escaleras mecánicas que movilizan a los usuarios del andén a la mezzanina o viceversa, y otras ubicadas en las salidas del sistema, de todas ellas, al menos 43 reflejan distintas fallas, lo que representa 25 %. En promedio, son casi dos escaleras mecánicas paralizadas por cada estación.
La higiene de las instalaciones también está comprometida. La basura se apila, los pisos del metro se vuelven menos azules y mas negros. Para colmo, la mendicidad y la inseguridad se han apoderado de los andenes. “Yo me recojo temprano, luego de las 6 pm ya es peligroso andar en las estaciones” aseguró Génesis Medina, estudiante y usuaria asidua del metro. Similar opinión tiene Sebastián Barreiros, un joven administrador a quien asaltaron en plena estación Plaza Venezuela. “Me apuntaron con un arma y todo, me dijeron que me quedara quieto, que no volteara que les diera el celular y que me fuera. Está pasando y es frecuente a un amigo lo amenazaron con un cuchillo”.
LA SOLUCIÓN
Ante el deterioro que presenta el servicio subterráneo, el movimiento político Rumbo Libertad propuso desmonopolizar las acciones del Metro de Caracas, hasta ahora en manos públicas. “En una transición llamaremos a la participación del sector privado en la administración del Metro (…) Consideramos que no solamente recuperaríamos y normalizaríamos el servicio, sino que además podríamos ampliar sus operaciones como parte de un proceso de modernización de Caracas”, apuntó Roderick Navarro, coordinador general de la organización libertaria.
Para el dirigente que ha encabezado la propuesta de transición que se ejecutaría al momento de deponer a Nicolás Maduro, “las condiciones laborales del personal, la infraestructura y los precios desfazados del servicio serían una muestra de que la destrucción del metro era una política de la narco-dictadura” y aseguró que de instalar un gobierno provisional para que atienda a la urgencia en materia de transporte permitiría que el problema del subterráneo sea solucionado en el corto plazo.