Elemental Mente, Aire - Capítulo 5

   Esbozó una sonrisa, de esas que denotan nerviosismo. En ese momento comprendí que no esperaba una pregunta de ese sentido, la verdad tampoco quería preguntar cosas comunes, esta conversación aunque no lo crean me gustaba, a pesar de la cantidad de emociones que recorría mi cuerpo, esto lo hacia mas intenso, y no había espacio para pensar demasiado, simplemente debía responder y sentir, por lo cual no existía un filtro, eso me fascina.

- La verdad, no se que responderte. Yo pienso que sí, si dejas un papel mojado y destrozado secar el tiempo suficiente, y le acercas lo suficiente al fuego, este terminará por arder en algún momento. ¿Jamás hiciste una fogata? no toda la leña esta totalmente seca, lo mismo pienso que ocurre, parcialmente lo mojado se seca y la llama arde.

   En mi habitación siempre tengo dulces, es una manera de calmar la ansiedad mientras pienso, una manía que no hace mucho me apareció. Destapé un paquete de galletas mientras pensaba y lo compartí con mi interlocutor, quien por un instante agradeció con una sonrisa y luego simplemente preguntó:

- Eres muy inteligente como para no entender de qué va esto, ¿Puedes hablarme de el ‘’Aire’’ para ti?

   Una fría brisa invadía la habitación, me abrigue con mis cobijas y comencé a tiritar, ni siquiera vivir en la altura de la sierra me preparaba para el frió, y aun me complicaba. Inhale, y entre mis pequeños espasmos, comencé:

- Ni me va ni me viene, es un elemento que jamás me ha gustado, es asociado a muchas cosas que no van conmigo, como la fluidez, la tranquilidad, el movimiento, no tiene nada que ver conmigo. Si, respiro y obviamente de no tener aire estaría sufriendo. No soy de esos cuyo sueño es volar, la vez que me subí en un avión recuerdo más la vista del mar que alguna sensación aérea, lo mismo cuando me tiré en parapente, en pocas palabras lo que más disfruto del aire es la capacidad de poder ver otras cosas desde ahí donde está el.

- Perdona que te interrumpa, es que me parece que aun no entiendes a donde voy…

- No entiende usted, la verdad yo lo entendí hace un rato y voy a continuar respondiendo, en base a lo que se que me vas a preguntar. ¿A quien le asoció el elemento? a mi madre, y antes de que se indigne y pelee, permítame explicar.

   Se recostó en la silla donde estaba, tomó otra galleta e hizo aparecer con un chasquido un vaso de gaseosa; ahora que lo pienso, me hubiese gustado que me sirviera un poco a mi tambien. Yo por mi parte continué:

- No es que mi mamá me de igual, ni que no me guste. Mi relación con ella no es la mejor desde que tengo 7 años, es un tema que vengo trabajando de mil maneras, y he podido vivir sin explotar el aire, mas nunca he dejado de respirar. Mi mamá es la que inventa, la creativa, la que tiene las ideas, la que nunca nos deja descansar, y siempre está en las nubes con sus sueños, yo simplemente soy diferente. Las nubes se cargan de vapor, y llueve… Por lo tanto el agua y el aire tienen que tener algún tipo de sinergia, es la brisa la que genera las olas y a su vez la corriente, es el agua la que ocasiona huracanes intensos. Son elementos que conviven entre sí, más sin embargo no veo que la interacción entre ellos sea intensa.

   Me miraba con unos ojos de esos que no te juzgan, que reflexionan mientras te escuchan, esos ojos que me encanta ver en otros cuando hablo. Pero realmente había algo que me molestaba y no podía dejar pasar la oportunidad:

- Es momento de mi pregunta y me vas a disculpar pero, ¿Puedes no ser tan egoísta y darme un vaso a mi también?

   Una fuerte carcajada rompió la poca tensión que quedaba en la habitación, ambos nos reímos como si fuésemos amigos de toda la vida; Con esa magia que ahora le envidiaba hizo aparecer otro vaso de gaseosa para mi y un paquete más de galletas, la conversación se había transformado en algo más.