No pudieron con su chisme.

Maruja y Carmen julia, este par eran unos personajes, le sabían la vida a todos los del edificio donde vivían y lo que no sabían lo inventaban, tenían sus 3 turnos de salir a recoger información mañana, tarde y noche, les decían el triángulo de las bermudas por su fuerte oleaje de lenguas y nadie podía salir, eran las típicas señoras de escoba en mano y rollete en el cabello, sabían la hora de salida y de llegada de cada propietario y juntas eran más fuerte que un ejército de 200 hombres, destruían lo que fuera.

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En este edificio vivía el señor Carlos un hombre de unos 40 años, decente, full pendiente de su esposa e hijos, de su casa al trabajo y viceversa, un día la señora luisa, esposa de Carlos, recibe una llamada y tiene que salir de emergencia al interior del país con sus hijos y deja a Carlos solo, algo que no le gustaba pero por tratarse de algo delicado lo aceptó, a los dias tiene una brillante idea de llamar a Carla su hermana menor para que se quedara estos días de ausencia de su querida y amada esposa así le ayudaba un poco con las labores del hogar y le cuidaba a Bobby su perrito, ella acepta pero quedan en encontrarse porque no tenía llaves, se reúnen y hacen un mercado de chucherías al llegar como cosa rara están Maru y Carmen como unos ventiladores de pie, ven llegar a Carlos en su carro que se estaciona y luego ven a una joven muchísimo menor que él, eso fue instantáneo “miren al señor Carlos, tan serio que se veía” Carlos inocente de lo que esas mujeres decían estaba risa y risa con su hermana y ellas alimentándose de eso.

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De una vez era el chisme del día “el boom”, a todos los que veían se lo comentaban “y viste a Carlos, llegó con una novia beso y beso” y a otros les decían que llegó peleando con su amante y mil versiones de lo que supuestamente habían visto y ninguna real, tenían monitoreado cada movimiento que hacia Carlos, de tanto regarse ya el chisme era que el señor había corrido a su esposa con sus hijos para quedarse con la joven amante, esto llega a los oídos de la mejor amiga de Luisa y como toda amiga estas no guardan secretos y la llamó y la actualizó le dice todo lo que había escuchado, Luisa destroza lo primero que hace es llamar a casa y le contesta una mujer cuelga y se pone como un volcán en erupción llama a Carlos pero no lo deja hablar solo discute y discute le dice de todo y tranca, Carlos tenía tremendo problema, el amor de su vida lo había dejado, el chisme en el edificio cada día crecía más y a Luisa le llegaba todo por whatsapp, decide ir a su casa a buscar unas maletas y otras cosas busca una hora en que Carlos este trabajando y al llegar ¿saben quiénes estaban? Maru y Carmen diciendo “pobre señora Luisa tan buena y este perro de hombre lo que le hizo” Luisa sube expectante solo imaginando que podía encontrase allí y más atrás escoba en mano las fuertes vecinas.

Luisa llega a la puerta del apartamento y escucha un sonido no muy fuerte, era una música y una canción que ella odiaba de paso, se erizó y agarró más poder y se fue poniendo como hulk así como se ponen las mujeres “jajajaja”, abre esa puerta y Carla estaba lavando el baño encerrada y no se percata Luisa pasea toda la casa y no ve a nadie solo le quedaba el baño va enfurecida y le mete una patada y al abrir ve a una mujer agachada limpiando el inodoro, la hala por la espalda y se da cuenta que es su querida y amada cuñada, Luisa del impacto lo que hizo fue reír y reír y Carla sin saber nada de nada inocentemente le pregunta, “¿qué pasó lo estoy lavando mal?” Luisa llama a su esposo y le pidió disculpas.

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Yo no he visto muchas mujeres que acepten su error y pidan disculpas, Luisa fue un ejemplo, las mujeres del edificio formando el alboroto de que Luisa había conseguido a la amante y la había agarrado por los cabellos, esto es parte de la vida cotidiana y a veces los chismes destruyen relaciones, más difícil es cuando la palabra de uno no vale, ahí no hay manera de defenderse, hagas lo que hagas, al final se descubrió que era obra y arte de las lenguas de Maru y Carmen, la relación de Carlos volvió a ser la mejor y su esposa prefirió creer en él que en otra persona, estás par de joyas al pasar los años murieron y quedaron en el recuerdo como las chismosas del edificio.