JEFES TOXICOS.... COMO SOBREVIVIR
Después de tanto persistir, conseguí un nuevo empleo, en principio no tenían sino la vacante de recepción pero en mi afán de trabajar para ocupar mi mente y poner en práctica mis habilidades, estaba tan contenta que acepte sin dudar.
Era una rutina casi siempre pero yo me encargaba de hacer mis días mejores, dinámicos y activos, ya que a partir de unas horas en el día, ya había cumplido con mis asignaciones y quedaba aburrida la mayor parte del tiempo.
Comencé por ofrecer mi apoyo a mis compañeras y ellas cada una encargadas sin ayuda de un área completa, estaban contentas de que alguien voluntariamente, quisiera ayudarles. Era muchísimo lo que había que hacer pero tenía muchas ganas de aprender y ellas mucha disposición para enseñar.
No todo era trabajar... En los almuerzos podíamos salir de las instalaciones y aunque mis compañeras me llevaban 10 años de diferencia, era como salir de shopping con mis amigas de la universidad; joviales, divertidas, cariñosas, me aconsejaban, me mimaban como una más de sus hijos, hasta a que una de ellas nos tuvo que dejar por mejoras profesionales.
Ya que yo era tan activa, me empezaron a colocar muchísimas actividades al punto de que casi colapsaba, pero gracias a Dios todo salía bien, mi jefa directa me estaba preparando para los cambios futuros que se avecinaban... pasados 15 días, me asignaron a otro departamento y pasando de recepción al área corporativa del grupo...
Yo súper emocionaba pero no sabía lo que esto significaba.... Pase de andar a las carreras y de full asignaciones a llevar un área determinada, más organizada; es cierto, con nuevo supervisor y muy linda físicamente pero con una personalidad y actitudes nada envidiables. Sin pretensión alguna!
Todos hemos tenido jefes de quienes hemos aprendido muchas cosas y con quienes guardamos una relación estrecha luego de dejar el trabajo pero también hemos tenido de los que nos han hecho llorar, perder el sueño e incluso renunciar al empleo. y este era mi caso...
Desgraciadamente, hay jefes difíciles en todos los trabajos, y tienen control sobre nuestras necesidades básicas de proveer comida y un techo para nuestros hijos, (quienes los tienen). Un supervisor injusto puede arruinar tu autoestima y hacerte odiar la carrera que tanto amabas, antes de que lo pusieran como tu jefe.
En su libro, El jefe no es tu amigo, Vijay Nair compara la relación con un supervisor con la de una aventura amorosa. “Hay un momento en el que crees que el sol brilla sobre tu jefe, pero tarde o temprano, esa fase pasa y terminas avergonzándote por haberle atribuido grandes cualidades a esta criatura babosa”, advierte el autor, que analiza con humor las corporaciones en India.
Nair describe distintos tipos de jefes tóxicos:
El supervisor inseguro: necesita a una camarilla de aliados que lo siguen a cada empleo, como si se tratase de un culto religioso.
El jefe trepador: se adjudica las buenas ideas de otros y culpa a sus empleados cada vez que se equivoca.
El workaholic: para este supervisor no existe la vida fuera de la oficina y pretende que trabajes a su par.
El jefe vago: no tiene idea de lo que está haciendo y espera que hagas tu trabajo y también el suyo.
El jefe mandón y arrogante: jamás se equivoca ni escucha a los demás.
- Nunca reacciones emocionalmente al abuso verbal o a la crítica injusta. Si mantienes la calma, en lugar de enfrentar a tu jefe, le quitas la posibilidad de que te siga atacando.
- Trata de conversar con tu supervisor en lugar de confrontarlo, porque esto sólo resultará en más conflicto. Pregúntale cómo puedes mejorar tu trabajo y trata de obtener una idea clara de qué es lo que espera de ti.
- Ni pienses en tratar de cambiarlo. Los jefes infernales en general tienen una personalidad conflictiva dentro y fuera del trabajo. Nada de lo que hagas o digas hará que cambie.
- Si tu jefe no es profesional no significa que tú no debas serlo. Tu supervisor no tiene que ser tu amigo, ni siquiera tiene que caerte bien. Haz tu trabajo lo mejor posible y compórtate de la manera profesional como quieres que tu jefe lo haga.
- Documenta todo por escrito. Guarda correos electrónicos y otros documentos que podrías necesitar en caso de que continúen los conflictos.
- Deja el trabajo en el trabajo. No mezcles tu vida profesional con tu vida personal.
- Busca otro empleo. Si tu jefe ha decidido hacerte la vida imposible, tarde o temprano podrías perder tu trabajo. No esperes a que empeore la situación y busca algo desde ya.