¿Y tú qué has aprendido? RELATO PERSONAL
Hace un tiempo solía escribir lo que sentía, a diferencia de estos últimos años en los que me ha tocado escribir lo que alguien más siente o lo que alguien más necesita. Aquí les dejo una de las publicaciones que me tomo menos tiempo escribir, no por simple sino porque fluyó como el agua.
Lo publico con intención de complementar un poco más mi #IntroduceYourself
Y tú qué has aprendido
De la vida aprendí que por ser bueno no necesariamente recibirás bondad, es decir, ser vegetariano no evitará que el león te coma, y aprendí que es más fácil esquivar una lanza enviada de lejos que un puñal clavado de cerca.
De mi país aprendí que no importa la época del año, siempre hay oportunidad para celebrar, que el clima no es impedimento para disfrutar de la playa, que las distancias se acortan cuando vas por algo que te hace feliz; de mi ciudad aprendí que toda una diversidad puede convivir entre cuatro paredes de un local nocturno, que un viernes comienza a las ocho y termina a las siete del domingo, que los semáforos en rojo no nos detienen y que un no nunca es definitivo.
De mi calle aprendí que es bueno tener a tus amigos cerca, que siempre te consigues a quien menos necesitas ver, y a quien realmente necesitas nunca lo ves.
Del colegio aprendí que es el último momento sincero de la vida, que nos hace añorar el pasado y que es el precursor de la frase “pude haberlo hecho mejor”.
De mis amigos aprendí el concepto de cuidar, que es más fácil perderlos que ganarlos, que cuando tienes uno incondicional no importa el tiempo y la distancia, siempre aparecerán cuando los necesites. Que llegas a saber más de sus vidas que de la tuya, que un mensaje de madrugada nunca molesta si es para invitarte y que desde que están, un viernes en casa es ¡Imperdonable!
Del amor aprendí que la palabra ‘eterno’ existe, tanto como existe la palabra ‘cambio’. Aprendí que los números impares traen mejor suerte, que la cercanía no siempre es buena que extrañarse a veces es mejor, que el tiempo pasa y las sensaciones quedan, que alguien siempre está esperando por verte feliz y no necesariamente es uno mismo. Aprendí que las decisiones deben tomarse hoy porque mañana quizás no surtan efecto, aprendí a sufrir y hacer sufrir, a curarme y a curar, que el mejor analgésico es el tiempo y el mejor calmante la verdad y aprendí que enredarse no es tan malo siempre y cuando no estés solo.
De mi familia aprendí que en la unión no siempre está la fuerza, que a veces se necesita fuerza para mantenerse unidos, que nunca terminas de conocer a nadie así compartas el mismo techo, que a veces el más fuerte resulta ser el más vulnerable y que la vida no es justa con la gente buena, ese tipo de justicia no existe.
De mi trabajo aprendí que hacerlo bien es la única opción, que avanzar se siente bien y que tu espalda es vulnerable, aprendí que te protege tu experiencia y que a todos les gusta sentirse seguros, si les ofreces seguridad tienes el camino ganado. Aprendí que vale más un reconocimiento que el dinero, que la motivación está en el trato y aprendí que cuando tu materia prima es la gente no hay mercado que no pueda ser conquistado.
Del tiempo aprendí que se pierde con facilidad, que si te detienes demasiado no te das cuenta cuando pasa, que es el único bien que no regresa y que si vendes el tuyo procura hacerlo bien.
De esperar aprendí que hay que saber por qué o quién se hace; que es mejor pasar unos minutos equivocado que toda una vida imaginando el resultado.
De la sociedad aprendí que no es de uno la culpa sino de todos, que la cultura siempre se lleva a cuestas ya sea como don o como karma.
De la lectura aprendí… bueno, aprendí todo, que hay verdades disfrazadas y disfraces de verdad, que hay artistas escondidos. que amamos leer las verdades que ya conocemos y no nos atrevemos a decir, aprendí que nadie puede contar tu historia mejor que tú mismo y que intentar auto ayudarse no siempre funciona. Aprendí que unirse a un escritor es no morir jamás, y que leerse a uno mismo es lo que más vale la pena…