La escalera

Ella se quedó allí todos los días. Todos los días por horas. Las escaleras la observaron esperar. Las escaleras la vieron volver. Cada día esperaba con esos dedos temblorosos en el bastón de soporte y cada día regresaba para que llegara el día siguiente. La gente le pidió que fuera a su habitación. Ella se quedó allí todavía. Cada vez que le decían que no debía preocuparse, le informaban si venía algún visitante. Ella pasó por alto su envalentonamiento y dijo: "Dijo que esperara aquí. Vendrá a conocerme ". Entre las personas que vivían exactamente igual que ella, la esperanza había sobrevivido en su mejor momento, como había sobrevivido a las malas miserias de su vida.

Donde se encontraba cada día esperando era el primer piso de "Vridhaashay Old age Home". Esta mujer era una criatura privada de setenta y ocho años, privada de felicidad, que nunca fue privada de la esperanza. Acosada por su suegra cuando era joven, se burlaba de las damas de su colonia cuando no podía tener un hijo durante años después del matrimonio y cuando dio a luz a Saar, su hijo amado, se convirtió en el mundo de la felicidad para su. Sus miserias no tenían fin, sus caminos estaban demasiado inclinados, su piel había visto mucho, pero aún las oraciones por la bondad de Saar eran cotidianas para el Dios que ella envió.

Una desafortunada viuda de un caballero que se fue a la morada del cielo dando la última gota de sangre a su nación. Aasha Rastogi, esposa del difunto mayor honorable Anand Rastogi, vivía en una pequeña habitación de Vridhaashay Old Age Home en Delhi. La mujer que se quedó viuda a los cuarenta y pocos años y que cuidó su mundo, su hijo Saar en medio de todos los problemas que enfrentó al estar sola en su viaje, quedó cruelmente sola como la misma en su vejez cuando necesitaba cuidados, cuando necesitaba amor. Sarre, su hijo era un NRI. Ella había puesto todos los fondos que recibió después de la muerte de su esposo para brindar la mejor educación a su hijo.

Por supuesto que lo hizo, pero lamentándose por el hecho de que él no podía cultivar su moral. No podía educarse a sí mismo moralmente y dejó a su madre detrás de las puertas de esta casa de la vejez cuando ella necesitaba la ternura y el amor que se merecía por dedicar toda su vida en él. No se había vuelto a casar a pesar de que era joven cuando se quedó viuda y también fue propuesta para casarse por un compañero de universidad que se había enamorado de su dedicación y amor como madre soltera. Ella envejeció. Se puso pálida, débil y se inclinó sirviendo a su hijo. Torturada por su nuera que la trataba como si fuera un poco de tierra en la cocina, pero cada vez que Aasha levantaba las manos era solo para bendecirlas.

Ella amaba a su nieta, pero su hija devuelta de Londres también la mantenía al margen de ella, para quien ella no era más que una molestia. Ella siempre quiso deshacerse de ella y eventualmente lo hizo. Sosteniendo las manos de su madre por última vez, la dejó caer en la última escalera de la casa de la vejez. El mismo donde ella lo esperaba cada día. Todo lo que recordó fueron sus últimas palabras: "Mamá, quédate aquí felizmente. Iré a encontrarte todos los días aquí en este lugar antes de ir a la oficina". Pero ni llegó aquel día, ni su hijo volvió. Ella le escribía regularmente con la esperanza de verlo a él ya su pequeña Amaaya, su princesa nieta nuevamente.

Otro día, cuando regresó de su espera habitual, sacó un papel con sus manos temblorosas de debajo de su almohada. Esta era otra de las cartas que ella estaba escribiendo para él y estaba decidida a completar.

Querido saar,
Ma está enviando sus bendiciones llenas de amor a través de esta carta. Lo siento, beta, si no entiendes mi letra, tu Mimmi cumplió setenta y ocho este año. Ella está en la última fase de su vida. No sé si te veré antes de que cierre los ojos o no. Te extraño mucho a ti y a Amaaya. Mañana es su cumpleaños, dale los deseos de su Dadi. Te espero beta en el mismo lugar donde me pediste que me reuniera. Todos los días salgo de mi habitación sin ser consciente del día y de los desafíos que enfrentaría, pero esperarte es la mayor fortaleza que tengo. Me ha hecho lidiar con mi dolor artrítico. Lo he adaptado bien para representar mi Saar todos los días. Esta habitación aquí es una beta demasiado solitaria y extraño la voz de Amaaya a mi alrededor. La forma en que ella curvó sus manos alrededor de mí todo el día. Como esta Shaana Espero que ella esté bien y feliz contigo. Dale toda la felicidad a su beta. Pero nunca olvides sacar tiempo por una vez para conocer a tu Mimmi.
Me encontrarás parado en la escalera del primer piso todas las mañanas. No te quitaré mucho tiempo.

Amor,
Mimmi.

Mimmi era como Saar solía llamar a su madre en sus días de juventud. Anhelaba oírlo una vez más. Esperanzada otra vez, felizmente le dio la carta al chico adolescente que regularmente entregó sus cartas para publicar. Una sonrisa se posó en sus arrugados labios agrietados pensando que esta vez habrá visitantes para ella. Este atributo de esperanza era cada vez que daba sus cartas para ser publicadas.

Los días pasaron, Aasha continuó esperando inevitablemente en la escalera con emoción y esperanza, pero cada día la desesperación besaba sus pensamientos. Ella sonrió y lloró al ver a otros viejos como ella siendo visitada por su children Esto hizo que su corazón añorara más a su hijo. Verlo antes de que ella muera. Esto era todo lo que ella quería. La escalera tenía pasos de todos los visitantes para los otros residentes, pero se mantuvo en silencio por lo viejo y encorvado de Aasha. Un día ella se quedó mirando los pasos por la mañana de nuevo. Una vez más, ella se quedó allí en aprehensiones. Sí, había dos pares de pies que avanzaban lentamente hacia ella. Era un anciano con un joven de unos cuarenta años que sostenía un papel en la mano. No era Saar. Pero estaban allí para Aasha. "¿Aasha? ... oh, todavía te ves hermosa ...", una vieja voz sonó en la oreja de Aasha. "Ella trató de reconocer con sus ojos de anteojos debilitados y de alta potencia. ", Ajeet le presentó al anciano a la anciana. El hombre le tocó los pies y le besó las manos. Esto hizo que se le saltaran las lágrimas." Su esposa lo ha criado tan bien ... Dios bendiga a su hijo ... "Ajeet sonrió y dijo , "No me casé con Aasha. Adopté a Veer, que se convirtió en mi mundo y él me cuidó más de lo que mi propio hijo podría haber tenido. No volví a enamorarme de Aasha. Todavía amo a esa dama independiente que le había propuesto. La dama que Ajeet estaba hablando era la misma Aasha. Ajeet era el hombre que quería que Aasha se volviera a casar y la había propuesto después de la muerte de su marido. "Quería conocerte desde hace mucho tiempo. Fui a tu casa, pero llegué a saber que tu hijo se mudó a Londres hace dos años y que estás aquí desde hace cinco años. Estas cartas que escribiste a Saar se estaban bañando en el buzón. Luego, Veer me trajo aquí. en lágrimas sabiendo que su hijo había cambiado sin siquiera encontrarse con ella una vez. Se sintió devastada pensando en su espera de todos los días. Todos fueron en vano. Ver mantuvo sus manos alrededor de ella, "Estamos aquí para llevarte, mamá. Eso es lo que yo y papá queremos "Aasha lo miró sorprendido." Tú, tú me llamaste ...

MmmmAa-aa ", tartamudeó." Sí, mamá, no llores por los que no respetaron tu amor. Existe un hombre que te ha esperado desde hace más de treinta y cinco años. Él no amaba a nadie más de nuevo. Mi padre todavía te ama. Danos la oportunidad de hacer que vuelvas a confiar en tus relaciones ". Y miró a Ajeet, cuyos ojos viejos y arrugados todavía estaban llenos de amor por ella. La espera todavía estaba en sus ojos. Para que ella dijera" Sí ", lo que ella quería cuando era joven. pero se había sacrificado. Se sentía tan abrumada y extasiada después de años. Y luego la escalera que nunca había visto a nadie subir a su encuentro, la vio caminar con dos personas que la llevaron al lugar que se merecía. Fue amada por Ajeet, su hijo y nuera y su nieto, Keeshu. Esto le hizo saber que no hay edad para el amor. Y tampoco hay edad para que nuevas relaciones nos den la bienvenida.