Los libros enseñan a actuar no a parlotear, leí alguna vez en uno de esos libros que tanto leo.

Mis mejores maestros siempre fueron aquellos que han sobrevivido con el tiempo, son esos grandes hombres que han dejado un ideal en este mundo, que han permanecido por décadas. Siento en algún punto de mi vida que he tenido los mejores guías.

Si no me creen, es porque nunca han vivido entre libros. Yo di mis primeros pasos como lector con Julio Verne, Mark Twain, Edgar Allan Poe. Y aunque aún los sigo leyendo debido a su calidad como escritores he ido avanzado en pro al mundo literario, con autores como Carlos Fuentes, Thomas Mann, Dostoyevski, Herman Hesse, Tolstói, George Orwel, Gabriel García Márquez, Stendhal, Faulkner, Cortázar, Stevenson, José Saramago, Kafka, Hemingway, Mario Vargas Llosa, Charles Dickens, Jorge Luis Borges, Huxley, Bradbury; Por solo nombrar algunos novelista que he me han enseñado muchísimo con sus libros.

Pero cuando nos adentramos a terrenos más profundos y, a pensadores tan grandes mantengo entre mis libros las colecciones de Nietzsche, Heidegger, Karl Marx, Foucault, Hegel, kant (tengo que admitir que este me ha costado entender), Albert Camus, Sartre, Fernando Savater, Carl Jung, Sigmund Freud.

Cada libro, cada pensador, cada página me enseña algo distinto. Aún recuerdo esa vez en que Nietzsche sacudió mi vida con su libro La gaya Ciencia. Ese libro despertó mis sentidos y me abrió hacia nuevos mundos. Mundos llenos de realidad, de objetividad y sobre todo de verdad, ese libro estaba destinado para estar en mi vida y llevarme más allá del bien y del mal. Y que tal se les cuento ese despertar de soledad y de profunda reflexión que me hizo vivir el libro El lobo Estepario, o las fuerzas de gritar y apreciar mejor las cosas como lo hizo Terra Nostra. O la paz que me brindó al leer La montaña mágica, o esa intriga que me dejaba Los hermanos Karamazóv cuando la paraba.

Cada tomo me ha enseñado algo nuevo, cuando desnudo un libro entre sus páginas y solo me quedan sus letras por apreciarla, cada verso, cada palabra, cada prosa o descripción ya es parte de mi vida, porque cuando se lee con el alma la memoria se llena de las mejores experiencia.

Personas se me acercan y me dicen; "que pierdo mi tiempo, que los libros son una muestra del pasado que solo sirve para adornar casa, que lo nuevo es la tecnología". Pero cuando me dicen estos eufemismo me lleno de valor y cito al autor Catalan Carlos Ruiz Zafón que en su libro la sombra del viento dice:

"El arte de leer se está muriendo muy lentamente , que es un ritual íntimo, que un libro es un espejo y que solo podemos encontrar en el lo que ya llevamos dentro, que al leer ponemos la mente y el alma, y que esos son bienes cada día más escasos" C.R.Z

Vivir entre libros, para aquellos que me dicen aburrido, sepan que no lo es, porque a decir verdad he vivido más que cualquier otro.