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Si hay algo que me ha costado toda mi vida es poder ser religioso, el llevar un estilo de vida bajo las normas de una institución nunca ha sido lo mío. Pero siempre he perseguido el conocimiento, como todos lo que hoy me leen creo intuitivamente que muchos de aquí también persiguen la verdad.

Y yo soy uno de esos, de querer siempre buscar la verdad, no de tenerla y acapararla para mi, si no compartir esa verdad que es universal. Mi verdad se basa en que la única religión que existe es la del amor, recuerdo cuando tenía siete años de edad, cuando abrí un libro misterioso y enigmático que tenían en casa de mi mamá, en ese libro cuando lo abrí escogiendo una hoja al azar decía algo como esto: "La verdad te hará libre".

A partir de ese entonces no me gusta mentirle a nadie, y la objetividad con que trato de ver al que está a mi lado o a mi prójimo a sido desde el amor. Pero no siempre es así, en ocasiones me invade el orgullo y cuando veo a mi prójimo lo veo como un ser detestable, o también saco la bestia que hay en mi bajo los ojos de la lujuria y en vez de observar lo cautivante que son las mujeres, las miro con ojos de querer aprovecharme de ella. Mis pensamientos rondan al compás de lo que se puede decir malo. Sin embargo cuando el amor llega, es el único que va más allá del bien y del mal.

Nuestros pensamientos siempre van a tratar de tomar el control, muchas religiones nos apuntan con el dedo cuando pensamos, nos dicen: "Si lo piensan es porque lo estás concibiendo en tu corazón", esas palabras nos hacen sentir mal y nos tumban el ánimo, pero hagamos caso a lo que una vez dijo Buda: "Respeta la naturaleza de tus pensamientos".
¡Qué pensamiento! Buda nos dice esto para que los recordemos, cuando lleguen esos pensamientos que no queremos concebir, tranquilo; esa es su naturaleza y ellos van a llegar porque sí. Lo importante es caminar bajo la senda de la verdad y el amor.

"No hay hombre tan bueno que, si sometiera todos sus pensamientos y actos a las leyes, no merezca ser colgado diez veces en su vida"; esto lo dijo el gran pensador Michel de Montaigne.

Nuestros pensamientos son tan dispersos y lleno de salvajismo que nunca nos dejan prestar atención a las cosas. A esas cosas que realmente importan, muchos vemos los regalos de Dios, pero de igual forma los ignoramos, muchos conocemos la esencia de Dios en nosotros pero estamos tan sumergido en lo nuestro que no captamos los regalos que el nos da cada día. Si yo te dijera que; "Hay muchos regalos de nuestro Dios que nunca le prestamos la suficiente atención; como por ejemplo aquellos que se vivieron en la pasión de la cruz, como por ejemplo, el escupitajo del soldado en el rostro de Cristo, o El romano clavando en el madero a Jesús, o también el regalo de la corona de espinas" detrás de todo esto hay una promesa que Dios tiene para ti. Y es lo que yo hoy te quiero compartir.

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El escupitajo, algo que no debemos hacer.

Todos tenemos un amigo que compartimos nuestros puntos de vistas filosóficos, religiosos y sociales. Siempre contamos con un amigo así, yo en mi caso tengo uno que cuando nos reunimos muchos eruditos quisieran estar con nosotros para contemplar nuestros puntos de vista, él es una persona profundamente budista y yo siempre he admirado ese amor y pasión que siente por los demás.

Hace un par de días nos reunimos y hablábamos de Jesús, desde mi humilde opinión uno de los grandes maestros espirituales que han existido, al igual que otros, pero así como para mi amigo Buda guarda en su corazón un lugar predilecto, para mi Jesús es el que guarda un lugar especial. Entre mi amigo y yo no existen diferencias religiosas, es mi amigo y yo su amigo, así como Jesús fuera amigo de Buda, (creo que si estos dos grandes maestros hubieran estado juntos en la misma época, hubieran sido tremendos amigos y compartidores de doctrina) pero el hombre a medida que ha avanzado el tiempo se encargó de dividir a la sociedad y alimentar a la cultura de masas con sus sistema y tenemos lo que hoy en día se llama "Cristianismo, Budismo, Islamismo y pare de contar lo que ha creado el hombre".

Pero obviemos eso, lo cierto es que mi amigo y yo estábamos analizando ese momento en que Jesús iba a ser crucificado, y de pronto nos encontramos que a Jesús le escupieron el rostro, vamos ya este maestro fue azotado, empujado, mofado, y todo lo que termine en (ado). ¿Quién encuentra satisfacción en escupir a alguien? - Ya sabemos la respuesta, cuando se escupe no se hace daño al cuerpo sino al espíritu.

Por favor @elinderzambrano, tu punto de vista está bueno, pero yo nunca en mi caso he escupido a alguien; es más ni siquiera se escupir para el piso porque me lleno el pecho.

Tal vez no hayas escupido a alguien, pero si has hablado mal de alguien, o en tus pensamientos cierta persona te irrita y cuando piensas en él o ella sientes que vas a explotar. Eso es dar un escupitajo al rostro, hacer prejuicio es escupir la cara de la persona, no colocarte en los zapatos de tu prójimo es escupir directo a la cara.

No levantemos prejuicios con nadie, ya a Jesús le escupieron la cara, y su mensaje es claro, ya esto me lo hicieron a mi para que tú no lo hagas con nadie.

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Los clavos, él lo escogió por ti.

Siempre me alteró el pensar, que la misma mano que fue crucificada fue la que creó los cielos, la que alargó el cuello de la jirafa, la que le puso la sonrisa a las hienas. Todo eso lo hizo esa misma mano.

Pero para que pensar en esto, ¿Acaso Jesús con un simple movimiento de Dedos no hubiera vaporizado al romano? - Esto si que hubiera sido horrible, pero no, me imagino a Jesús viendo su mano, y ver como el romano le medía el clavo en su palma, para luego martillar. Lo sorprendente es que este maestro no opuso resistencia, los cristianos dicen que él quitó el pecado del mundo, yo digo que él abre la consciencia al mundo, los cristianos dicen que él nos salvó del infierno, yo digo que con su acto nos abrió la posibilidad de conocer el amor.

Cuando Jesús fue clavado, lo hizo pensando en ti, para que conocieras el amor, para que las fronteras de la consciencia no tuvieran límite, para que un nuevo despertar renaciera en ti, así como Buda despertó realizado bajo aquel árbol, o así como Lao Tse encontró las fuentes del supremo Tao en la soledad, así mismo tenemos que despertar nosotros, ya se por medio del maestro que creas, o la figura que te hagas de ellos, todo maestro es para todos, cada ser tiene la necesidad de entregarse a uno de estos seres de gran espiritualidad y cuando lo hacen descubre su propósito, su más allá, y su más acá.

Jesús sufrió en la cruz para que nosotros no levantemos prejuicios con nadie, su mensaje es claro, ya esto me lo hicieron a mi para que tú no lo hagas con nadie.

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La corona de espinas, coronando al que es Rey.

Burlarse de las personas es el acto más despiadado que existe, sin embargo nuestra naturaleza no nos dice lo mismo, nuestra sociedad nos ha acostumbrado que cuando estamos con nuestros amigos nos burlamos de aquel o del otro.

Lo mismo sucedió allá en el calvario muchos se burlaron de Jesús, así como lo empujaron y lo golpearon también lo apuntaban con su dedo, y abrían sus bocas en forma de carcajadas y se burlaba de él.

Jesús pasó por todo esto, por ti y por mi.

Con este post no intento adoctrinar a nadie, mi mayor anhelo es que cada quien encuentre su verdad y se aferre a ella, imitando las cualidades de quien sea ese maestro con el que se identifica, dando y derrochando amor, y cuando el orgullo y la lujuria nos invadan dejar que pasen por nosotros de manera natural. Esa es nuestra naturaleza, y lo mejor es dejarla fluir.

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