Educar para la vida | Contenido Original

Desde que el hombre comenzó su proceso evolutivo, ha mantenido una vida llena de aprendizaje, tal vez por descubrimiento que, fue perfeccionándose al transcurrir del tiempo, y han permitido incluso su sobrevivencia. Su capacidad de establecer nexos sociales, le hizo compartir muchos de estos saberes y técnicas, lo que nos permite asegurar que, la génesis del educar como práctica se visualiza, desde el principio de nuestra existencia como civilización.

Transmitir la información entonces, se denota como un elemento clave en nuestra evolución cultural, y ha permitido establecer las condiciones para que podamos relacionarnos, especializarnos en una temática, respetar nuestros semejantes y valorar la naturaleza, entre otros aspectos.

Educar a nuestra descendencia entonces, ha sido prioritario desde que el hombre tiene consciencia, pues se trata de comunicar al presente y futuro, lo que nuestros antepasados han descubierto y generado, a lo largo del tiempo. Esta noble e importante tarea, realmente es responsabilidad de cada ciudadano que habite en el planeta, pues todos definitivamente tenemos, en base a nuestra experiencia Algo que enseñar.

Sin embargo, desde que existe la academia y las carreras universitarias, existe en la población, un grupo de personajes, con capacidades invaluables, que en todos los niveles, enseñan a la población a desarrollar esas capacidades cognitivas necesarias para desenvolverse en una disciplina, oficio o profesión y en la misma sociedad.

El Día Mundial de los Docentes, se celebra a nivel internacional, cada 5 de Octubre, gracias a la participación de la OIT y la UNESCO, en conjunto con otros organismos, como el UNICEF, el PNUD, la Organización Internacional del Trabajo, y la Internacional de la Educación. Este día tiene fecha especial desde el año de 1994, con el propósito de analizar sus deberes y derechos, la normativa para la formación y mejoramiento de sus funciones, las condiciones de la enseñanza y aquellas administrativas, concernientes a contratación y empleo.

Es además una excelente fecha para reivindicar y valorar la participación que cada uno de ellos mantiene en la formación de ciudadanos íntegros, con valores morales y capacidades adecuadas para desenvolverse en una sociedad que a diario se transforma. Bajo la conjunción de paciencia, creatividad, vocación, capacidad de servicio y muchos valores, cada día se hacen presente en las aulas de clases, para formar al hombre del mañana.

Un docente definitivamente es una persona que conlleva una gran responsabilidad a cuestas, y que lo hace por vocación. Los vemos en nuestras escuelas, con la paciencia agigantada y la creatividad al máximo para enseñar a los niños, sin importar colores, formas y razas. A nivel de secundaria, con la fortaleza y seguridad para lidiar con adolescentes en pleno furor hormonal, tarea cuesta arriba que, a veces hasta a los mejores padres les cuesta alcanzar, pues captar la atención en este nivel ¡No es nada fácil!

En el escalón universitario, los vemos cada vez más analíticos, con las exigencias adecuadas para formar los profesionales del mañana, aptos, íntegros y con capacidades para solventar cualquier problema y tomar decisiones adecuadas.

Pudiésemos pasar horas escribiendo todas esas cualidades académicas, psicológicas, sociales y ecológicas que determinan o definen a un docente, pero en estas cortas líneas, resaltaremos esas que nunca debemos olvidar.

Sin ánimos de no valorar la formación académica que recibe un docente graduado y especialista, debemos recordar que ¡enseñar es tarea de todos!. Como especie psico-social recae sobre cada uno, la responsabilidad de formar al hombre del mañana, por lo que se ha de considerar que, el papel de los padres, de los instructores de algún oficio, los abuelos y todo aquel que esté dispuesto a cumplir con esta loable misión, es invalorable y determinante para la sociedad.

Ante un planeta tan contaminado por las actividades humanas, y altas cifras de extinción de diversas especies sobre el planeta, este nuevo milenio, exige de nuestros docentes, el volcar la mirada hacia la conservación y adecuación de prácticas y el desarrollo de actividades industriales limpias, que no sigan causando daños severos en la Tierra y sus ocupantes.

El desarrollo de la Educación emocional, fundamentado en las inteligencias múltiples, y entre ellas, la emocional de Goleman, es parte de un reto sin precedentes. Formar docentes integrales a nivel emocional, conscientes de sus respuestas ante los sucesos sociales y responsable de sus acciones, es la clave para educar a hombres inteligentemente emocionales que, sin negar los sentimientos, sepan tomar decisiones oportunas, en mejoras de toda la población. Vivir en equilibrio con nuestros semejantes, reconociendo nuestras emociones y eligiendo de una manera racional, tal vez sea la clave para evitar guerras nucleares, la desnutrición, el racismo y muchos otros elementos negativos que, forman parte hoy de las principales noticias.

Es necesario además, el fomentar prácticas adecuadas, capaces de acabar con innumerables enfermedades que atacan hoy a la población, y que desde la enseñanza deben ser multiplicadas.  

 

 

 

 

 

 

Escrito por @alexaivytorres

Editado por: @fermionico

Gráficado por: @equipodelta

 

 

 

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