Tic toc.
El tiempo, el maldito tiempo, tu verdadero amo.
¿A quién le puede importar lo que realmente anhelo? Si ni siquiera a mí me logra importar porque sé que no tengo el tiempo.
Y de tenerlo, no puedo cambiarlo.
De cambiarlo, sería una cobarde.
Y porque soy una cobarde, el tiempo es mi amo.
La persistencia de la memoria, Salvador Dalí.
Simplemente no quiero que las horas tengan que pasar por la inmundicia que tengo de vida.