El mundo se mueve constantemente, eso es algo que no podemos evitar o detener, no somos tan poderosos como para tal azaña, y aun cuando lo fuéramos no somos quienes para tomar esa clase de decisiones, en fin. El constante movimiento en ocasiones o particularmente siempre nos encontramos con grandes errores en la balanza natural, es como si ella se empeñara en empeorar algunas situaciones para no dar lo mejor de sí; personas justas señaladas por personas con las manos manchadas de sangre y odio, que su único propósito es dañar a otros para un beneficio propio, personas de buenos pensamientos siendo aplastadas por una masa de malos y mezquinos pensamientos, personas con emociones intensas y puras empezando a corromperse por lo cruel que puede ser el mundo a veces. En algún momento he llegado a creer que esas personas dañinas en algún momento estuvieron en el lugar de las personas buenas, pero poco a poco sus sueños se fueron apagando al ver lo que se mueve realmente dentro del mundo. Pero no por eso podemos culpar a las personas dañinas de lo que nos podemos llegar a ser nosotros más adelante.

Somos los únicos responsables de lo que podemos llegar a ser, somos nosotros los que dejamos que otros lleguen y aplasten nuestros sueños, en fin, nuestra es la decisión de elegir si caminar como Dueños del mundo, o someterse a los deseos de otras personas y trabajar por sus sueños. Claro no todas las personas poderosas son personas dañinas, y así de ellas podemos llegar a aprender muchas cosas buenas y positivas que nos llevaran a ser cada vez más sabios en nuestras decisiones.

Otra cosa interesante a resaltar en todo esto, es que las personas que consideramos dañinas juegan un papel muy importante en el aprendizaje, sin ellas no habría nada que aprender porque no existía la maldad, y con ello todo sería muy aburrido, no creo que sea algo cómodo estar en un mundo así. Además son las malas experiencias las que nos hacen apreciar las buenas alegrías, los buenos amores, en general, las buenas emociones. Por cada mala experiencia una buena que acontezca asentara intensamente el corazón de quien la vive, haciéndola más preciada y mas valorativa para él o ella. Hay que aprender a darle valor a ambas cosas, porque de ambas se puede aprender un sinfín de cosas.

Y para finalizar por el día de hoy lo que puedo decirles es que no dejen que otras personas les hagan perder su rumbo y sus metas, aun cuando estén muy orillados a eso, el poder de decisión es nuestro, no de ellos, tú decides si quieres caminar como dueño del mundo, o esclavo de otras personas. Solo recuerda, que si decides caminar como dueño del mundo debes hacerlo con sabiduría y elegancia, sin perjudicar a otros porque la balanza puede cambiar de un día para otro; un día puedes estar en la cima y otras veces en lo más bajo del acantilado.