Cambiemos el mundo.

Cambia el odio por el amor, cambia las balas por rosas, cambia el veneno de tus palabras por palabras de aliento y motivación, porque no sabes quién las pueda necesitar, y no sabes cuando tú las necesitaras. No hay mundo más triste que el que te dice que te expreses como quieres, y cuando lo haces es el mismo que se burla de ti y te apuñala con palabras ofensivas.

Debemos aprender a madurar y aceptar que lo diferente a nosotros no es malo, y aunque lo veamos como algo así, hasta puede llegar a ser divertido, y nunca debemos decir que algo no lo haremos jamás porque el mundo es como un boomerang, y lo que alguna vez podemos aborrecer puede ser algo que en un futuro nos pueda ofrecer un placer fugas.
Dar nuestra opinión sobre algo no está mal, lo malo ocurre cuando lo que decimos o hacemos se vuelve contaminante y discriminatorio hacia aquella persona que con alegría en su corazón nos comparten lo que le gusta.

Debemos también aprender a callar en ocasiones, porque las palabras tienen un poder que mágico sobre el ser humano, no se trata de reprimir lo que piensas, porque con este escrito te estoy invitando a ser libre, se trata de saber cuándo una opinión esta fuera de lugar o puede dañar al hermano que tienes alado o enfrente de ti.
Vamos a empezar a mirar con alegría las malas cosas de la vida, porque de ellas aprendemos y crecemos, y disfrutemos al máximo de las buenas porque ellas nos gratifican y nos preparan cuando la tormenta se acerca.

Hagamos una revolución y cambiemos el mundo a un lugar más agradable y armonioso para nuestras futuras generaciones, te invito a ti que estás leyendo esto a no dejar un legado de odio y discriminación, te invito a dejar un legado de amor.