Partiendo de esta concepción subjetiva decidí dar el abordaje al tema Mutations propuesto para el concurso de esta semana, como siempre todo trabajo nos impone un reto al momento de enfrentarnos a una hoja en blanco, trasladar lo que tenemos en la memoria es un acto sublime… pero bueno, de eso podemos hablar en otra ocasión, por ahora me limitaré a compartirles el proceso de esta ilustración-collage.

Mí propuesta lleva por título: “El último acto”, en ella expongo una analogía de la vida, el poder que tienen nuestros actos sobre nuestro espíritu y conciencia, muchas veces los malestares que reflejan nuestros cuerpos no son más que manifestaciones de la conciencia, asocio esto con la definición más concreta para “mutación”: técnicamente se vincula a una alteración en la cadena de ADN, un código mantiene el registro fidedigno de nuestro ser.

La bailarina en este caso es el objeto mutable, sus proporciones no coinciden con la realidad, a nivel visual se crea una transgresión entre la configuración de la figura y la idea que tenemos la mayoría de la bailarina clásica; no por eso deja de ser clásica, en su “último acto” se deja llevar ante el escenario, su cuerpo muta mientras danza, porque sobre él traduce todas sus emociones, quiere dar un espectáculo romántico, expresivo y virtuoso.