Cuentos de MariQ: La soga del ahorcado.

La soga aún estaba caliente cuando ahorcaron al tío Nemecio. Nadie hablo, nadie dijo nada, hablar tanto a veces nos delata, nos conduce por un camino sin retorno. Todos a la final tenemos nuestros secretos y somos culpables.

Su cuerpo escurrido y poco atractivo se balanceaba empujado por el viento. Su lengua colgaba, negra, sangrando por habérsela mordido. Nadie merece morir de esa forma, nadie tiene la autoridad de matar de esa manera.

Muchos dicen que era un pecador, y sus pecados lo condenaron y que Dios no olvida nunca, y el se había apartado del camino. Nunca supimos si el tío Nemecio subió al cielo o bajó al infierno que es lo mas seguro, o está en el purgatorio, vagando con su alma a cuesta.

Murió solo, con la lengua colgando y sus partes pudendas expuestas al escarnio, no es justo.

Murió sin recibir una caricia. Al tío Nemecio nadie lo quiso, ni un tantito, ni siquiera una ñinga, nadie debe morir sin haber recibido un beso, una palabra de aliento, nadie lo abrazó, nadie le susurró una palabra de cariño, lo dejaron solo enfrentando sus horrores.

El tío Nemecio decía que nadie lo quiso nunca y que siempre arrastró su soledad en los bares y burdeles a orillas del pueblo. Y ahora, tirado en medio de un charquero, su cuerpo sin vida es un despojo que a nadie conmueve.

Ya tarde, a la medianoche, fuimos a retirar el cuepo de tío Nemecio pero alguien había hurtado la soga. Todo indica que fue Ruperto el amante de la puta Eleonor, que cada vez que lo ve le pide algo extravagante, es la única manera que tiene para desfollarsela. Es una zorra muy habilidosa y todos saben que Ruperto es su esclavo y que es capaz de lo que sea con tal de que la Eleonor le enseñe el culo. Le falta el respeto a los hombres y los tiene comiendo de su mano y a veces sin nada a cambio, es una loca que juega un juego peligroso.

Ella siempre le dice que las leyes de Dios no la obedece, sobre todo la parte de "no fornicaras". Dime tú, le dice a Ruperto, y de que viviríamos, no habría seres felices en el mundo si no existiéramos, y no creo que un viejo sinvergüenza como Moisés no se fornicó a alguna puta, no me cuadra ésta historia.

Este cuento es de mi autoría: @mariqyes

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