Carta de Bukowski (Spanish-English) al bibliotecario que prohibió su libro.
Carta de Bukowski al bibliotecario que prohibió su libro por racista, sádico y misogino.
EL VIEJO INDECENTE SE MUESTRA A LA VEZ HALAGADO Y TRISTE POR EL EXTRAÑO GESTO DE SER PROHIBIDO EN UNA REMOTA COMARCA HOLANDESA.
Una biblioteca en Holanda prohibió el libro Tales of Ordinary Madness, de Charles Bukowski. Todo lo que es necesario saber es que el librero tuvo la amabilidad de informarle a Bukowski esto a través de una carta, y que Hank le contestó con su estilo usual. Aquí va:
Estimado Hans van den Broek:
Gracias por la carta donde me informa de la remoción de uno de mis libros de la biblioteca de Nijmegen. Y de que lo acusan de discriminación contra la gente negra, homosexuales y mujeres. Y de que es sádico a causa del sadismo.
Lo que temo discriminar es el humor y la verdad.
Si escribo mal sobre negros, homosexuales y mujeres es porque así eran los que conocí. Hay muchos "malos": perros malos, mala censura; incluso existen "malos" hombres blancos. Sólo que cuando uno escribe sobre hombres blancos "malos", no se quejan. ¿Y será necesario decir que existen "buenos" negros, "buenos" homosexuales y "buenas" mujeres?
En mi trabajo como escritor, sólo fotografío en palabras lo que veo. Si escribo sobre "sadismo" es porque existe, yo no lo inventé, y si algo terrible ocurre en mi trabajo es porque esas cosas pasan en nuestras vidas. No estoy del lado de la maldad, si es que abunda algo como el mal. En mi escritura no siempre estoy de acuerdo con lo que ocurre, ni me regodeo en el lodo por puro gusto. También es curioso que la gente que despotrica contra mi trabajo parece no ver las secciones donde trato de la alegría y el amor y la esperanza, y existen tales secciones. Mis días, mis años, mi vida han conocido altas y bajas, luces y sombras. Si escribiera sola y continuamente de la "luz" y nunca mencionara lo otro, entonces, en tanto artista, sería un mentiroso.
La censura es la herramienta de aquellos que tienen la necesidad de esconder realidades de sí mismos frente a los demás. Su miedo no es más que su incapacidad para hacer frente a lo que es real, y yo no puedo ventilar ninguna rabia contra ellos. Sólo me dan esta consternada tristeza. En alguna parte, mientras crecían, los escudaron contra los hechos totales de nuestra existencia. Les fue enseñado mirar de una sola forma aunque existieran muchas.
No me alarmo de que uno de mis libros haya sido cazado y expulsado de los estantes de una librería local. En cierto sentido, me honra haber escrito algo que despertara algo en sus imponderables profundidades. Pero me hiere, es cierto, cuando el libro de alguien más es censurado, pues dicho libro, usualmente es un gran libro y hay muy pocos de esos, y a través de los tiempos ese tipo de libros a menudo se convirtieron en un clásico, y lo que alguna vez se pensó escandaloso e inmoral ahora son lecturas requeridas en muchas de nuestras universidades.
No digo que mi libro sea uno de ellos, pero digo que en nuestros días, en este momento donde cualquier momento podría ser el último para muchos de nosotros, jode sobremanera y es imposiblemente triste que aún tengamos entre nosotros a los pequeños amargados, a los cazadores de brujas y los voceros contra la realidad. Aún y todo, ellos también van aquí con nosotros, son parte del todo, y si no he escrito sobre ellos, debería, tal vez lo haya hecho aquí, y es suficiente.
que seamos mejores juntos,
suyo,
Charles Bukowski
“Dear Hans van den Broek:
Thank you for your letter telling me of the removal of one of my books from the Nijmegen library. And that it is accused of discrimination against black people, homosexuals and women. And that it is sadism because of the sadism.
The thing that I fear discriminating against is humor and truth.
If I write badly about blacks, homosexuals and women it is because of these who I met were that. There are many “bads”–bad dogs, bad censorship; there are even “bad” white males. Only when you write about “bad” white males they don’t complain about it. And need I say that there are “good” blacks, “good” homosexuals and “good” women?
In my work, as a writer, I only photograph, in words, what I see. If I write of “sadism” it is because it exists, I didn’t invent it, and if some terrible act occurs in my work it is because such things happen in our lives. I am not on the side of evil, if such a thing as evil abounds. In my writing I do not always agree with what occurs, nor do I linger in the mud for the sheer sake of it. Also, it is curious that the people who rail against my work seem to overlook the sections of it which entail joy and love and hope, and there are such sections. My days, my years, my life has seen up and downs, lights and darknesses. If I wrote only and continually of the “light” and never mentioned the other, then as an artist I would be a liar.
Censorship is the tool of those who have the need to hide actualities from themselves and from others. Their fear is only their inability to face what is real, and I can’t vent any anger against them. I only feel this appalling sadness. Somewhere, in their upbringing, they were shielded against the total facts of our existence. They were only taught to look one way when many ways exist.
I am not dismayed that one of my books has been hunted down and dislodged from the shelves of a local library. In a sense, I am honored that I have written something that has awakened these from their non-ponderous depths. But I am hurt, yes, when somebody else’s book is censored, for that book, usually is a great book and there are few of those, and throughout the ages that type of book has often generated into a classic, and what was once thought shocking and immoral is now required reading at many of our universities.
I am not saying that my book is one of those, but I am saying that in our time, at this moment when any moment may be the last for many of us, it’s damned galling and impossibly sad that we still have among us the small, bitter people, the witch-hunters and the declaimers against reality. Yet, these too belong with us, they are part of the whole, and if I haven’t written about them, I should, maybe have here, and that’s enough.
may we all get better together,
yrs,
Charles Bukowski