Dos familias numerosas se dispusieron ir de vacaciones después de cierta jornada de trabajo, estaban muy entusiasmados porque irían a dos islas donde tenían sus casas de verano. Los mas jóvenes se esmeraron en sacar buenas calificaciones en sus estudios para merecer la referida temporada de descanso, y, así fue.Hicieron sus preparativos, abordaron una lancha de vela y llegaron a la referida islas, y casas; descansaron y se dispusieron a recrearse por lo hermoso del referido ambiente donde también practicaron esquí y pescaron, ademas de otras actividades recreativas propias de las islas.
Sentían el placer de visitarse ambas familias para socorrerse en cualquier necesidad ya que eran los únicos que allí se encontraban.
Días antes de regresar unieron esfuerzos para hacer alguna reparación a la lancha.
Cumplido el tiempo de su estadía regresaron a sus casas en la ciudad, llenos de energía para incorporarse a sus labores de rutina.
La unidad y la armonía predominaron en las mencionadas familias, lo cual fue el sello definitivo de la felicidad durante la estadía.

Moraleja:
La felicidad deriva no de lo que se tenga ni adonde se valla, sino de la manera como nos acomodamos a las circunstancias disfrutando el momento en cooperación con los demás.