segunda sede del Instituto Bogotano De Corte
Después de la tragedia del 22 de junio de 1986, en el año 19XX Don Pompilio Martinez recibió la loable propuesta de su amigo Jorge Cavalier de albergar el prestigioso Instituto Bogotano de Corte en la casa propiedad de este, ubicada en la cra séptima con cll 69 compartiendo actividad con la academia nacional de medicina, es así como Don Pompilio seducido por el estilo tudór de la casa del Dr Cavalier que le recordaba la sede anterior y por su intrínseco amor a la pedagogía del corte decide aceptar dicha invitación y reabrir las puertas del Instituto en la fecha xxxx.
si bien se carece de información fidedigna acerca del origen exacto de la casa, de acuerdo a los relatos del Dr Cavalier los predios de la casa fueron comprados en la segunda década del siglo XX directamente a Don Enrique Camacho dueño de la mayoría de predios del sector y quien posterior el barrio Quinta Camacho heredaría su nombre, por parte de la familia Cavalier; los detalles de su construcción y de la firma de arquitectos que ejecutaría el proyecto son una incógnita pero se presume que fue realizada por los arquitectos Julio Casanovas, Raúl Mannheim y Arnoldo Michaelsen
arquitectos que fueron los encargados de introducir el estilo ingles en los sectores mas tradicionales de Bogotá, el predio del Dr Cavalier poseía dos construcciones la que albergaba el Instituto Bogotano de Corte era la construcción norte, tanto el programa como el repertorio de esta casa era muy similar a la de la sede anterior por lo que no fue difícil la adaptación y organización de dicho espacio a las dinámicas administrativas de Instituto, en primera planta funcionarían todos los salones dedicados a las distintas cátedras del Instituto tales como clases de historia del corte, teoría del corte latinoamericano y principios fundamentales de desarrollo tecnológico de herramientas cortopunzantes y similares, en segunda planta funcionaría la parte práctica del instituto que eran los talleres donde se encontraban todos los equipos de última tecnología proveídos por el sindicato de cortadores disfuncionales y otras maquinas de una tecnología más anticuada que se pudieron rescatar del incendio del 86, y por último en la buhardilla funcionaba la oficina del Dr Pompilio y otras oficinas de tipo administrativo. El Instituto funcionó de esta manera hasta el año 20XX cuando cerró sus puertas por problemas administrativos y económicos además de los problemas personales entre el Dr Pompilio Martinez y el Dr Jorge Cavalier
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