AMAR, NO ACUSAR...
"Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, la dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú pues, ¿qué dices?" (Juan 8:2-5)
Este fragmento de la palabra, es el pasaje donde los fariseos le llevaron a Jesus una mujer que habia sido encontrado en adulterio y querian probar a Jesus de cual era su opinión con respecto a la ley.
¿Qué tal la actitud 'tan espiritual' de estos religiosos?, ellos querían pasar por ser fieles a la ley de Moisés, quizás entre ellos mismos estaban los hombres con los cuales la samaritana había pecado, pero allí estarían con su dedo acusador. El Maestro no les respondió, hizo como si no los escuchara, siguió en lo suyo (escribiendo en la arena), pero luego los confrontó con su propia condición de pecado, y que los dejó al mismo nivel o peor, de esta mujer acusada y vejada por ellos.
Es muy fácil tener una actitud religiosa, por eso, qué importante es mantener nuestra alma siempre pura y estar a cuenta con el Señor; como hijos de Dios, estamos llamados a imitar al Señor Jesucristo, Él, no juzgó ni avergonzó a la mujer delante de ellos, esperó a que sus conciencias los acusaran y entonces, tuvieron -todos- que tirar la piedra que tenían lista, y fueron desfilando; entonces, ya solos, viene la frase tan liberadora para esta mujer: "¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ante la respuesta de ella, el Señor añade: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más"
Toma tu enseñanza y acepta tu condición limitada y la de otros; que tu misericordia y amor, te lleve a ir en ayuda de otros para liberarlos de sus acusadores. Somos embajadores de Jesús; nunca señales ni avergüences a otros, extiende tu mano para levantar y abre tu boca para liberar. Bendiciones, bendiciones, bendiciones...
Magnifico, angeldeluz369, tus escritos el alma y ayudan a caminar con clardad en los tiempos difíciles. El acusador debe reflexionar para lanzar las palabras que quizás hagan infeliz a cualquier persona. Es beneficiosa la alegría antes que la tristeza. Trabajemos para dar alegría.