Alas negras, rosas marchita.

Nunca pensé que esto terminaría de ésta manera, yo sólo creía que sería un día más lleno de monotonía y aburrimiento, pero para mi sorpresa, el día de hoy el mundo a decidido acabarse.

El planeta entero ya no soporto tanta presión ejercida por la raza humana que decidió dividirse como le viniese en gana. Logrando que todo se valla al demonio.

Ya no hay oxígeno, las atmósferas no están, el agua levita por todas partes, todo se consume en sí mismo, no hay nada sin vida, soy la única que aprecía este panorama desde la lejanía. Sonrió ante la tenue luz del sol que se refleja por entre los meteoritos que hace menos de un minuto era en parte del planeta.

No me duele que las cosas terminen de esta manera, es más, ya lo tenía previstos, nada dura para siempre y menos si esto es dañado constantemente.

Cuando siento mi cuerpo despegarse del suelo dejó que este sea llevado por la corriente, no se que ocurrirá con migo, después de todo lo muerto no vuelve a morir o ¿si?

En mi mano derecha sostengo esa rosa ya marchita que me ha mantenido ocupada todos estos años en el mundo espiritual, muchos de esas almas se encuentran a mí alrededor tratando de buscar algún refugio pero ya no tenemos nada ni a donde ir. El mundo se acabó todo ésta muerto o está muriendo.

Nadie fue avisado de esta catástrofe, la raza humana ha sido extinguida por su propia mano y obra.

Pero en este caso no sólo ellos pagan las consecuencias, si no también todas esas especies que con ellos convivían. Todas esas razas que hoy también sufrirán una extinción inminente por culpa de la avaricia y el descaro del ser humano. En su corazón no había más nada que no fuera un ¡YO! Por todos lados que no les dejo ver que su imprudencia lastimaba a todos.

Yo no estoy exhorta de pecado, cuando aún vivía era igual a ellos, y ahora pago por ello, vagando en este mundo de dolor, frío y oscuridad. Llamando a almas que necesiten ser guiadas tal cual me paso a mí.

Miro a mí alrededor, todo me parece surrealista, como si fuese sacado de una película de ciencia ficción. El agua junto con los pedazos de tierra desprendido forman un espectáculo de islas flotantes que no hacen más que fascinarme, la espesura de las nubes de humo que no se mueven me dejan claro que hay se quedarán por el reto de los tiempos. Mientras tanto, los cuerpos sin vida y los espíritus de muchas personas son enviados al espacio sin ninguna misericordia. Todos pagaremos por este pecado, y lamentaremos lo que algún día llegamos a hacer y estuvo mal.

Sin pensar más las cosas sostengo mi rosa contra mi pecho, mi sonrisa aún adorna mis labios. Esto mismo hizo el cuándo me dio su puesto, Cuando con una última sonrisa se despidió de una manera definitiva de este mundo.

Cuando pienso en él, mis recuerdos me llevan a esa tarde lluviosa, donde con palabras nada delicadas me decía que estaba muerta. En aquel entonces no sabía que hacer pero con el paso de los años aprendí a manejar mejor mi condición hasta que me hice cargo de ser el guía de aquellas almas que quedan estancadas en el limbo pero que no tienen ninguna tarea pendiente. Esa era yo, yo lo que por alguna razón nunca me fui.

Y al decir, que te vas, es que te vas definitivo, no renaces o vas a un cielo o un infierno. Sólo te desintegra en millones de partículas y te vuelves uno con el universo. Eso es lo le les pasas a nuestras almas.

Un dolor en mi espalda me saca de mis recuerdos, la temperatura aumenta muy rápidamente, siento como si un cuchillo fuese clavado desde mi espalda hasta mi corazón. Atravesando mi incolora existencia logrando que de mi garganta broten gritos de dolor.

Mis ojos ven borroso, y mi cuerpo tiembla con violentas convulsiones. Todo a mi alrededor dejo de existir todo fue negro por un instante hasta que me vi rodeada de una incipiente neblina, las nubes formaban una que otra forma abstracta, danzando entre ellas con la melodía de mi dolor.

Sin embargo, este fue mermando con el paso de los segundos. Poco a poco pude sentir todo a mí alrededor. Un peso se había posado en mi espalda, lo que me obligaba a encorvarla. Sin previo aviso, un par de alas negras se extendieron en mi campo de visión. Eran imponentes y grandes, al igual que pesadas.

Nunca pensé que las recuperaría. Cuando te conviertes en guía estas aparecen sin embargo, como no vas a irte del plano astral, estas son arrancadas de raíz.

Sin embargo aquí están, desequilibrando mi cuerpo hasta el punto de hacer que me balancee hacia los lados.

Mi cuerpo dio contra el duro suelo, el cual está un poco húmedo. Este es adornado por el más verde de los montes. No lo había notado, a pesar de que este me llega un poco más arriba de los tobillos.

La neblina no se ha dispersado ni un poco, pero siento como si alguien me estuviese observando o analizando.

Como pude me coloque en pie, al tener un poco de equilibrio lleve mi mano hasta mis alas, eran suaves al tacto y podía sentir como cada músculo de ellas se contraía y relataban. No sabía con qué compararlas si con las alas de un águila o con las de un cuervo. Pero, a pesar de todo eso, no las siento raras, ni como si no fueran parte de ni, al contrario, parece como si ellas nunca me hubieran faltado.

Sonreí para mi misma, esto es nuevo y emocionante, sentimientos que no había sentido desde hace mucho tiempo.

La sensación de que alguien me miraba me hizo más intensas hasta el punto de ponerme la piel del cuello como la de una gallina. Sin previo avisa la neblina comenzó a moverse en frente de mí, creando como una especie de sendero.
Sin pensarlo, mis pies comenzaron a recorrerlo, como si ya lo conocieran.

Con cada paso que daba la neblina de volvía más clara y translúcida, permitiendo que aprecie lo que parece ser un gran prado.

Las puntas de mis alas se arrastran por el suelo creándome sensaciones nuevas y diferentes. Es extraño tener unas extremidades a las cuales no estabas acostumbrada. Después de caminar por nos minutos puedo divisar como a lo lejos se encuentra una figura incorpórea. Si la mirabas por poco tiempo pensarías que es parte de la neblina, pero no lo es.

Al acercarme, esta, reacciono moviendo su masa en mi dirección. Era de un color entre blanco y transparente, en su centro se podía divisar como una especie de esfera luminosa.

Sin esperármelo, ella me envolvió el cuerpo completo, como s intensase acobijar mi existencia. Era sumamente tibia y me invadía una tranquilidad que nunca había sentido. Por instinto, mis manos tomaron la esfera de luz la cual, en un movimiento veloz, se incrusto en mi pecho, no sentí dolor ni miedo, todo estaba bien, algo me lo decía.

Mis manos comenzaron a desintegrarse en miles de luciérnagas. Era el espectáculo mas hermoso que halla visto en mi vida. Sonreí, era el fin, lo sabia. Podía sentirlo en cada fibra de mi cuerpo. Mis alas se extendieron mientras el resto de mi cuerpo se desvanecía ante mis ojos. Pero no sentí miedo ni remordimiento, lo hecho hecho esta. Y ya no podía dar marcha atrás.

Apreciando una última ves todo a mi alrededor, me despedí una vez más del mundo, después de todo, solo soy un alma en pena.