Mis momentos de sabiduría llegan con la primera taza de café matutina, es el momento perfecto. Mis rootmets y los animales de la urbanización están dormidos, los vecinos ya llevaron a los muchachitos al colegio y no andan gritando, hay pura paz y tranquilidad. Puedo sentarme cómodamente a pensar, en el día, en lo que tengo pendiente por hacer y cualquier cosa que llegue.

*** Nota: para la mayoría de los hombres que conozco este momento les
llega en estado de ebriedad, les da por querer hablar sobre la inmortalidad
del cangrejo mientras una quiere es bailar, en fin, de pana no me molesta - si ajá- sigo.***

Hoy vi claramente las semejanzas entre tener gripe e ilusionarse con un posible “amor de mi vida”, las voy a enumerar para no perderme entre conectores y frases con correctos signos de puntuación:

1. La mayoría de las veces es viral, o sea, NO ES CULPA TUYA, son vainas que están en el aire, del momento, de la luna en el sol de géminis y esas cosas.
2. No te mata, no es de reposo, pero no estás del todo bien.
3. Se nota en la mirada, tanto que tu mamá te dice: “tienes los ojos chiquiticos negra”.
4. Estas conciente de lo que tienes y sabes cómo actuar para que se te pase, o tomas jarabe o un poco de ron, ambas sirven.
5. Sabes que te va a volver a pasar, puede que la semana siguiente, en un mes, un año, diez, pero VOLVERÁ.

Ahora que soy adulta (risas sarcástica), se que esto me pasa por una cosa, lo se yo y lo afirman los blogs de terapia que leo, el horóscopo y algunos psicoanalistas, son traumas de la infancia y es culpa de mis papás, ellos ni me vacunaron contra la gripe y son unos cuchis enamorados que me hacen creer en toda esa paja del amor eterno y blablabla.