¿Qué piensas?
¿Qué piensas?
Cada persona puede dar una respuesta distinta, pero, con el tiempo, muchas ideas se vuelven regulares y comunes.
Todos somos geniales, pero cuando nos llega el pensamiento de "cuidado con lo que hay que hacer" y las metas que debemos tener, comenzamos a pensar igual. En ese proceso, perdemos nuestra esencia. La cantidad de miedos inventados nos hace casi inmóviles.
El miedo a ser calificados o encasillados nos frena. A veces, preferimos que crean que somos inteligentes en lugar de decir algo que podría hacernos parecer tontos.
Ese miedo escénico es lo que nos limita a compartir nuestro humor, nuestras ideas o nuestra esencia. Pero siempre somos buenos en algo; solo hay que descubrir qué nos interesa, porque si algo nos interesa, es porque tiene valor.
Además, tener un "baúl" con notas sobre personas, recordando pequeños detalles sobre ellas, puede ayudarnos a generar conexiones más profundas. Ese interés genuino es valioso.
Las palabras son mágicas cuando se expresan con amor. Responder con suavidad y ternura puede hacer milagros en la gente.
Los regalos también generan un impacto positivo en los demás.
Las notas breves como:
"Todo va a salir bien."
"No te rindas."
"Eres muy inteligente."
"Vales mucho."
Escribir estas frases en una hoja y entregarlas a alguien puede ser otro gran gesto.
Pequeñas acciones pueden hacer que el ambiente sea más cálido y que todos la pasemos mejor.
¿Algo que decir? Si tienes algo más que sumar, deja un comentario, porque construir una persona hermosa es posible.