Salió de la cueva como todas las mañanas, cada vez se hacía más grande, aunque por la edad seguía siendo sólo una niña.

Su pelo rubio castaño me recordaba el marinero que navegaba en temporada de peces, eso y su diminuta boca que aun no pronunciaba palabras, sólo sonidos.

• Cuanto me hubiese gustado enseñarle algo, pero no creo ser la más indicada, por los momentos éramos dos especies diferentes.

Lo único que hasta ahora había podido aprender de mi era el no temerle al mar, el sentirse cómoda con mi compañía y el no hacer cuestionamientos, sólo se deleitaba con el color de mis escamas y con el movimiento de mi cola.

¿ Por que las cosas no pueden ser diferentes?, antes la curiosidad por conocer otro mundo se convirtió en obsesión, tanto que puse en riesgo mi naturaleza, no es que me arrepiento de esto porque todos los días tengo la intención de volver a la orilla, sólo para verla, sólo para estar con ella el tiempo en que nos permitan los demás seres humanos.

Cómo quisiera llevarla conmigo, ¡Si! a las profundidades del mar, donde mi temor porque puedan arrebatármela desapareciera, incluso para aminorar la ansiedad que me ocasiona el que pueda sufrir algún daño justo cuando no esté a su lado.

Pero ella no tiene con que nadar, tampoco sé si puede respirar debajo del agua, esto se ha convertido en mi mayor miedo, porque el riesgo sería letal y si algo llegase a pasarle mi vida ya no tendría sentido.

¿Sentirá frío en la noche?, ¿se sentirá sola?, ¿se estará alimentando bien o le hará falta comer algo que desconozco?, me hago todas estas preguntas a diario.

Sólo puedo acompañarla por breves momentos mientras el sol no haga daño en mi piel, por las noches sólo puedo cantarle para que no sienta miedo, le traigo para comer lo que consigo en mi mundo (vieiras, ostras y algunos mejillones) pero alguna vez escuché de un agua dulce que los humanos deben tomar, cómo me gustaría poder ofrecérsela.

Sólo me queda esperar que siga creciendo, quizás ocurra lo que tanto anhelo, que en alguna luna llena se transforme la parte baja de su cuerpo, así podrá acompañarme, a veces me entristece que sea única en su especie, otras veces me maravillo de lo ocurrido.

Por ahora les puedo decir que aun no descubro que heredó de mi, algo debe tener porque fue concebida en mi vientre, conseguí para ella una cueva tranquila, alejada de lo que no puedo controlar, ella es mi niña pequeña, tiene el color de cabello y la boca de su papá, pero me pertenece, yo soy su madre.

Invito a @mariami, @marito64 y @aplausos. Espero poder leer algo que venga de su creatividad.