una vez tuvimos un hermoso país donde podíamos andar tranquilamente incluso hasta altas horas de la noche, sin temor a nada, ahora no tenemos tranquilidad ni siquiera a plena luz del día, Dios se apiade de nosotros
una vez tuvimos un hermoso país donde podíamos andar tranquilamente incluso hasta altas horas de la noche, sin temor a nada, ahora no tenemos tranquilidad ni siquiera a plena luz del día, Dios se apiade de nosotros