FOBOS
—No me siento bien— dijo, y se llevó las manos a la cabeza.
Ya me había alejado unos metros, pero sus palabras me detuvieron. Volteé y vislumbré su sombra en el portal, ¿debía volver o seguir mi camino? No, no era absurdo ni egoísta que dudara en ese momento, el alba no llegaría hasta dentro de dos horas y estaba sola en medio de una calle oscura y desierta. Aún así decidí acercarme y me detuve frente al muro sobre el que se hallaba mi colega; levanté mi rostro para distinguirlo mejor y advertí que su figura comenzaba a tambalearse.
—¿Estás bien?.
Le pregunté, pensando que solo eran mareos por una baja de tensión; pero la única respuesta que obtuve fue la de sus pasos avanzando hacia mí con movimientos torpes y vacilantes. La apertura de sus ojos era exagerada, pero no sentía su mirada sobre mí, él estaba viendo algo que yo no podía percibir.
—¿Estás jugando conmigo?- dije, esperando a que se detuviera.
Pero no paró, no se rió ni me dijo que todo era una simple broma para burlarse de mi semblante angustioso. No, siguió avanzando sin reparar en los 80 centímetros que habían entre sus pasos sobre el muro y la superficie sobre la que yo me encontraba. Solo esperaba a que se detuviera antes de caer por el pequeño precipicio.
¿Y si no se detenía hasta caer?, ¿qué clase de ser humano sería capaz de tal cosa solo para divertirse?, ¿qué broma tan cruel justificaría tal caída de bruces?; y si no se trataba de un juego, entonces ¿qué era lo que le ocurría?, ¿qué clase de espectro había secuestrado su conciencia?. Las escenas que siguieron a su último paso sobre el muro de concreto son un torbellino mnémico; de su trayecto hasta el suelo solo puedo evocar una gran masa ininteligible de mis brazos y los suyos. Mi activación fisiológica en aquel momento era tal que no puedo recordar mi accionar, pero sé que no dejé que su cuerpo se estrellara contra el pavimento.
Lo próximo que pude ver fue que yacía en el pavimento sobre su costado derecho y su mirada seguía perdida en otra realidad. Un centelleo de sinapsis estallaron en mil pensamientos, mil acciones posibles, mil resultados distintos, mil escenas sin fin; la duda principal: ¿debía pedir ayuda o quedarme ahí?. Me tomaría demasiado tiempo atravesar el zaguán y subir las escaleras para pedir ayuda, era un hecho que no podía dejarlo tirado en la soledad de la avenida durante tanto tiempo. Tenía miedo de gritar, tenía miedo de exponernos ante cualquier peligro de la noche.
Creo haberlo llamado por su nombre varias veces e intentar levantarlo, pero nuevamente mi conciencia no puede acceder a algunas escenas de esa noche. No logro saber de qué manera se puso de pie y llegó hasta los pequeños peldaños, pero recuerdo claramente que estábamos a pocos metros el uno del otro, y su percepción ya no estaba perdida, ahora clavaba sin piedad sus ojos sobre los míos. Era una mirada enloquecedora, me examinaba con grandes ojos terribles y atormentados, su mirada era una mezcla de confusión, reconcomio y terror; como si en mis ojos, o en mí, hubiera visto al más espeluznante espantajo y estuviera tratando de huir de él, o de mí. En ese instante dudé de mi condición, ¿acaso era yo la que estaba en medio de una metamorfosis terrible y le causaba tal espanto a mi amigo?. El terror comenzó a invadirme.
Su andar aún era tosco, seguía tambaleándose, apoyaba su espalda contra la pared mientras subía por los peldaños y avanzaba hasta la gran grada de la que había caído; no apartó su mirada de mí ni un instante. No recuerdo cuantas veces lo llamé por su nombre, cuantas veces pregunté si se encontraba bien, o cuantas veces insistí en la idea de la broma de mal gusto para evadir lo terrible de lo que acontecía, ¿era real lo que estaba pasando o era solo un sueño?, ¿era que mi amigo había perdido completamente la cordura o era yo la que alucinaba?.
Finalmente llegó al umbral del zaguán. Yo aún guardaba distancia, aunque estaba ya sobre el muro, justo detrás de él. Al entrar hizo un ademán para cerrar la puerta, y otros mil pensamientos y mil emociones terribles me asaltaron; si me dejaba fuera, ¿qué sería de mí estando sola y muerta del miedo en la noche oscura?, ¿y qué sería de él encerrado en ese estado?. Me asombró lo fugaz de mis pensamientos, porque mi compañero no alcanzó a cerrar el portón y continuó caminando por el pasillo oscuro.
—¿Estoy lleno de excremento?- me preguntó, mientras se sacudía la ropa.
—No- es lo único que recuerdo haberle dicho.
Intenté seguirlo por el corredor, pero su voz me detuvo…
—Quédate aquí abajo- me ordenó, y siguió caminando a paso lento.
¿Cómo que me quedara allí abajo?, no podía quedarme ahí y dejarlo solo, ni tampoco quería estar sola. Cerré la puerta y vacilé un momento, pero aún así avancé por el pasadizo oscuro guardando cierta distancia entre nosotros hasta que advertí su silueta subiendo las escaleras con pasos fatigados y me aguardé al final del pasillo sin subir las escaleras, como me lo había pedido. Cuando llegó al último peldaño, se sentó sujetando su cabeza entre sus manos; aún en la oscuridad pude percibir su extenuación y desconcierto, quizás intentaba aclarar todo lo que había sucedido y todo lo que posiblemente sucedía aún en su cabeza.
—¿Estás bien? ¿necesitas algo?- le pregunté, preocupada, y al mismo tiempo intenté acercarme un poco al siguiente escalón, pero volvió a frenarme…
—Quédate ahí abajo- repitió.
Me mantuve en el umbral de las escaleras otro rato mientras esperaba su señal para avanzar, hasta que ya no pude contenerme más y solté…
—Si estás jugando conmigo, voy a irme- y contuve las lágrimas.
Descubrió su rostro, me miró,y las comisuras de sus labios se elevaron hasta trazar una pequeña sonrisa pícara en su fisionomía.
—Ya puedes subir-me dijo.
Advertí que había recuperado su semblante, el temor escapó de mí en un suspiro de sosiego y abandonó un ligero temblor en mis piernas con el que recorrí los peldaños oscuros hasta llegar a la silueta que me esperaba en la penumbra con una gran sonrisa enigmática.
Interesting ...
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STOPWow. Me ha gustado mucho, y las imágenes que escogiste muy apropiadas. Tengo nuevo post, y como te ha gustado el anterior pensé que quizá este también. Te espero ♥
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