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NO NOS LLEVAMOS NADA
LO DEJAMOS TODO
Una enfermedad es una aureola de muerte.
Esta enfermedad que me ha acaecido la he sentido
como real cara de la muerte.
El COVID es una pandemia que, como dijo una amigo,
médico y especilista en traumatología, ataca tu mayor
debilidad orgánica e incluso emocional, siendo ésta
última la más peligrosa. Afortunadamente en mi caso,
como del núcleo familiar que se ha visto afectado, no
ha habido problemas respitarios graves, ni casos de neumonía
que son los asuntos pendulares de más cuidado. En mi caso
comenzó con dolores de cabeza continuos y dolores musculares
agudos, posteriormente en vómitos y deponimiento
continuos en los primeros dos días. Afortunadamente estos fueron
controlados por antialérgicos, acetaminofen y jarabes naturales
en base a jemgibre. Después , en el cuarto día comenzó el
tratamiento formal, antivirales, antibióticos, aspirinas y complejo
vitamínico, lo que todavía estoy siguiendo. Tiempo de meditar en
la enfermedad, me recuerdo a cada momento lo que dijo un
poeta venezolano, Guillermo Sucre: "No nos llevamos nada /
lo dejamos todo"