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Oportunidades

La tierra de oportunidades tenía un fallo en toda lógica. Los ostiones se podían comercializar. Todo era comercializable, el humo de los centrales y la poética. Los trenes iban y venían intercambiando vidas. Algunos se suicidaban en el frío de las promesas. Yo solo escribo. Soy una existencia atada a una silla de ruedas. Releo el Tambor de Hojalata de Günter Grass. En mis sueños quisiera ser como Óscar dejar de crecer y tener piernas fuertes. En la noche vendrá el ruido de los trenes, tres veces en cada noche. En la oscuridad redibujo mi vida. En la oscuridad soy eterno. Perceptivo. Retengo la tristeza en el iris. Mañana el sol va a borrar toda la mugre, desde las pupilas hasta las células. Puedo escribir tan tiernamente. Tanto como sea posible. Pero te mentiría si dijera que no tengo miedo. Tengo cuchillos debajo de la almohada. Algunas veces pasó horas presionando la superficie de las hojas. Me cortan infinidad de veces la yema de los dedos. La perfección es como la gota de sangre que a veces logro cuando me corto. Rojo perfecto. Es vida. Es miedo. Escribo observando los colores. Me presiono el cuchillo sobre el cuello. Recuerdo los escalofríos del Dragón y la Princesa, que huían sobre la playa, y se alzaba la tormenta. Las casas y los árboles eran arrancados. La madre naturaleza devolviendo el odio a sus hijos profanos.
Debería amar a alguien. Buscar en unos ojos, aunque no fueran azules. Ver mi rostro. Hablarle de mis sueños. Soy un pedazo de vida que amenaza con tener sueños. Podría tener una Princesa Alejandra y buscar dentro de ella mi imagen. Hacerla coincidir con la imagen en sus ojos. Pero todo es un absurdo. Los trenes me sorprenden, presionando nuevamente mi vida contra el metal.
El cuchillo es una llave de escape. Solo tengo que presionar un poco más y puede que mañana pueda estirar las piernas.

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The land of opportunity had a flaw in all logic. Oysters were marketable. Everything was marketable, the smoke from the power plants and the poetics. Trains came and went, exchanging lives. Some committed suicide in the cold of promises. I just write. I am a wheelchair-bound existence. I reread Günter Grass's Tin Drum. In my dreams I would like to be like Oscar to stop growing and have strong legs. In the night the sound of trains will come, three times a night. In the dark I redraw my life. In the dark I am eternal. Perceptive. I retain the sadness in the iris. Tomorrow the sun will erase all the grime, from pupils to cells. I can write as tenderly. As much as possible. But I'd be lying to you if I said I'm not afraid. I have knives under my pillow. Sometimes I spend hours pressing the surface of the sheets. They cut my fingertips countless times. Perfection is like the drop of blood I sometimes get when I cut myself. Perfect red. It is life. It is fear. I write observing the colors. I press the knife to my neck. I remember the shivers of the Dragon and the Princess, fleeing over the beach, and the storm was rising. Houses and trees were uprooted. Mother Nature returning hatred to her unholy children.
I should love someone. Look into eyes, even if they weren't blue. See my face. Tell her of my dreams. I'm a piece of life that threatens to have dreams. I could have a Princess Alejandra and look inside her for my image. Match her with the image in her eyes. But it's all an absurdity. The trains surprise me, pressing my life against the metal again.
The knife is an escape key. I just have to press a little harder and maybe tomorrow I can stretch my legs.

Translated with DeepL.com (free version)

A @wakeupkitty por inspirar.
A @hefestus que puede que le guste.
A @aneukpineung78, espero que le agrade.