Festejando la Pascua en un predio Municipal

El sol brillaba alto en el cielo, derramando su calor suave sobre el campo verde. Era el día de Pascua, y la emoción se sentía en el aire. Los niños, con sus canastas de colores en mano, no podían esperar más. Las risas y los murmullos llenaban la camioneta mientras nos dirigíamos al predio donde se festejaría la gran celebración.

Al llegar, los ojos de los pequeños se iluminaron. El lugar estaba decorado con guirnaldas de papel, conejitos de peluche colgados entre los árboles y huevos de colores escondidos por todas partes. El aire olía a pasto recién cortado y a chocolate.

Corrieron a explorar, buscando pistas en la gran búsqueda del huevo de Pascua. Cada descubrimiento era una alegría compartida, con gritos de sorpresa y orgullo por cada huevo encontrado. Mientras tanto, los adultos preparaban la merienda bajo una pérgola adornada con flores frescas y cintas pastel.

El sol seguía acompañándonos, y el día se volvió una sinfonía de juegos, abrazos y momentos para recordar. Al atardecer, nos sentamos todos juntos a compartir historias y reírnos, mientras el cielo se teñía de tonos rosados y dorados.

Ese día no solo celebramos la Pascua, sino también la alegría de estar juntos. Un día soleado, lleno de amor y magia infantil que quedará grabado para siempre en el corazón de todos.