Las alteraciones silenciosas de Tensión Arterial.

Hoy en día cada vez es mas común oír hablar de la “tensión silenciosa”…

…termino con el cual algunos profesionales de la medicina y pacientes se refieren a los problemas de presión arterial que no presentan ningún tipo de síntomas. Generalmente solo se percibe mediante algunos detalles físicos, que indican al especialista que debe realizar una toma con el tensiómetro para descartar problemas.

Casi siempre las personas que tienen un estilo de vida en el que están bajo mucha presión, no tienden a notar los síntomas y lo confunden con el Estrés.

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Por lo general esto ocurre mayormente con la presión arterial alta, rara vez se han presentado casos similares con la baja. La persona no se da cuenta que posee los valores alterados, salvo por algunas características que suelen pasar desapercibidas. Las mas comunes son:

En los casos de presión arterial alta:

• Ojos rojos o irritados.

• Dolor de cabeza o cuello.

• Dolor recurrente de cabeza o migraña.

• Presión en la espalda o en las articulaciones.

En los casos de presión baja:

• Mareos repentinos.

• Palidez.

• Sudoración fría.

Las personas tienden a tener uno o varios de estos síntomas, pero se le atribuyen a otras causas como el estrés, la fatiga, hasta incluso lo pueden asociar con signos de gripe o resfriado. Casi siempre es el médico quien se da cuenta de que no son atribuibles a tales enfermedades, sino a otras causas.

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¿Qué puede afectar nuestra presión arterial sin que nos demos cuenta?

Hay algunos hábitos que pueden afectar nuestra presión arterial, entre los mas comunes tenemos:

• El sedentarismo: El llevar una vida en la que el ejercicio este ausente, hace que los músculos pierdan masa, la grasa se acumule en el cuerpo, entre ellos las paredes de las arterias forzando la circulación. Se reduce el ciclo metabólico, haciendo que el cuerpo retenga mas toxinas de lo debido.

• Una alimentación deficiente: A veces por nuestro estilo de vida solemos recurrir a alimentos de dudosa preparación o industrializados, que de paso suelen tener muy buen sabor. Por lo general son alimentos ricos en grasas, azucares y carbohidratos, que en exceso también pueden arruinar nuestro metabolismo, aunque no seamos sedentarios.

• No beber agua suficiente: Aparte de que nuestro cuerpo es un 80% agua, requiere de este vital liquido para realizar óptimamente sus funciones, mantener la hidratación en órganos y tejidos para que el cuerpo se conserve en buenas condiciones. Hay personas que no beben agua suficiente y dificultan su proceso digestivo, haciendo que las toxinas que deban ser eliminadas mediante este sean reabsorbidas y enviadas a la sangre, creando un proceso de intoxicación progresivo que va a forzar el paso del liquido vital por los órganos. Esto hace que la circulación y los procesos depurativos del cuerpo se realicen con mayor dificultad.

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¿Qué hacer para prevenir la alteración silenciosa de la tensión arterial?

Lo primero es no dejar pasar las señales, puede ser que no sea nada, pero es mejor estar seguros. A veces un enrojecimiento ocular sin explicación, puede puede ser señal de cansancio o de cosas quizás mas graves, pero es mejor descartar. Si tienes la posibilidad de tomarte la tensión por tu cuenta, es un proceso sencillo que no dura ni un minuto, si no puedes ve al médico y sal de dudas.

Lo segundo es hacer ejercicios, no es necesario que te vuelvas un atleta de alto rendimiento, basta con que salgas de las rutinas sedentarias. Camina si tienes que ir a algún lugar cercano, realiza ejercicios sencillos dos o tres veces por semana, quien sabe, comienzas a hacerlo por salud y quizás te termine gustando.

Mejora tu alimentación. No solo deja de comer en la calle, trata de mejorar la forma de preparar tus alimentos. En la calle venden muchos aditivos químicos en base a sal con saborizantes artificiales que no ayudan al cuerpo, mientras que los condimentos naturales le dan un mejor sabor a la comida y no tienen consecuencias para tu organismo.

Beber abundante agua, lo mínimo que debe consumir un cuerpo humano son ocho vasos de agua al día, así evitamos deshidrataciones y un óptimo desempeño de funciones corporales. Un cuerpo que desintoxica bien es uno que no es propenso a enfermarse.

Recuerda siempre consultar a tu médico de confianza.