Queridos amigos, así comenzó mi martes, un nuevo día de trabajo. Me levanté agradeciendo a Dios por la oportunidad de vivir un día más, por mi salud y la energía que me otorga cada mañana. Posteriormente, me dirigí al baño, disfruté de una buena ducha, me preparé y fui a la cocina a preparar el café y el desayuno. Decidí hacer unos deliciosos pastelitos de jamón.

Al llegar a la escuela, nos reunimos todos los profesores y la directora para discutir el tema programado para el día de hoy, el cual resultó ser bastante interesante. En esta ocasión, abordaremos el Acuerdo de Ginebra relacionado con el Esequibo.

Los llevamos al exterior, donde habíamos ambientado el espacio con el tema, y los niños prestaron mucha atención a la explicación.

^Charlas.

Las horas transcurrieron rápidamente y finalmente llegó el momento de regresar a casa. Mi hermana había preparado el almuerzo, así que me senté en la mesa para disfrutarlo.

^Almuerzo.

El platillo estaba exquisito y, además, es dietético. He decidido comenzar una dieta, aunque me resulta difícil resistir la tentación de los dulces. Sin embargo, por el bien de mi salud, estoy comprometido a hacerlo. Por ello, encargué la compra de piña, pepino, perejil y limón, con la intención de preparar un jugo verde. Pelé la piña y comencé a prepararlo.

^{Preparado mi jugo verde.}

Además, organicé algunas porciones en bolsitas para la semana y otras en botellas, con el fin de facilitarme la tarea de tomar algo antes de ir a la escuela en las mañanas.

Y, como no podía dejar de disfrutar, tomé mi vaso de jugo verde y comencé a saborearlo. Así, queridos amigos, concluyó mi día. Agradezco su constante apoyo al visitar mis publicaciones.