La joven y el profesor se conocieron en una fiesta de la Universidad de Tokio. Su padre y Yutaka pertenecían al mismo departamento y Suzuki era el asesor de tesis de Taniyama. Los dos congeniaron en seguida.

Congeniaron a una velocidad pasmosa y así empezaron a compartir la misma visión del mundo. Misako era una estudiante no oficial de la universidad. La tradición le obligaba a no matricularse. Sus deseos le mantenían en un punto intermedio entre estudiar por su cuenta y mantenerse al margen de cualquier acercamiento de parte de los posibles pretendientes. El profesor Suzuki le consentía su deseo de educarse y no la forzaba a participar del Baby Boom propio del Japón de la post guerra.

Con el tiempo, Yutaka y Misako comenzaron a salir sin disimular a los terceros la frecuencia y la cercanía que alcanzaron. Sus lugares preferidos eran la oficina de Yukata, donde discutían teorías e ideas en el mismo idioma que los demás miembros del departamento y también, el parque donde los dos paseaban y permanecían durante mucho tiempo en la zona de los estanques y ríos artificiales.

Yutaka divisó al cisne negro en las aguas del río Tuoni. Esa clase de aves se convirtió en el origen de su desgracia. Los eventos indeseables son imposibles de prever. La superficie lacustre puede estar calma y despejada un momento y, en el siguiente, las aves de plumaje oscuro aparecen. A veces es una; otras veces, dos. Hubo una ocasión en que cinco de ellas llegaron volando y se posaron en la superficie del río oscuro de Pohjola.

Misako también aprendió a vislumbrarlos. Los dos amantes pasaban horas a las orillas del lago. Pensaban que la experiencia y la constante vigilancia les darían pistas acerca de la llegada de las aves. Los jóvenes de Kalevala se lanzaban a las aguas del río oscuro, esperando poder capturar el cisne -¿de verdad hay más de uno?- y reclamar doncella, o en este caso, la información requerida para ofrecer a sus jefes ignotos. Sus cadáveres flotaron hasta que la corriente los depositó en alguna orilla. Los cuerpos de Yutaka y Misako tomaron rutas diferentes. Una suerte de matrimonio Strauss fluvial.

Días antes del segundo suicidio, pero no después de la intromisión nocturna de Misako, Nobushige Kurokawa un miembro del departamento de matemáticas, irrumpió en la oficina de Taniyama y, buscando con orden y controlando su ansiedad, encontró los papeles de Taniyama y Suzuki. Los fractales y sus valores, cada uno de ellos extendiéndose en todas direcciones, dirigen la economía y, también, ocultan datos.

Los primeros días, el profesor se comportó como él solía hacerlo para luego empezó a perder la cordura y a ser dominado por la paranoia.

En cuestión de dos meses, Kurokawa pasó por muchas cosas. El muro entre la felicidad y la tristeza le había servido como una cuerda floja para mantenerse fuera del alcance de la locura. Desde pequeño tenía tendencia a la depresión, por lo que luchar por salvar la estabilidad mental era un reto de todos los días. Misako y Yutaka, se veían tan normales y tranquilos. ¡Malditas sean las apariencias!

Nobushige Kurokawa no tenía los papeles en la universidad sino en su casa. Siempre que se ponía a trabajar, cerraba la puerta con llave y dormía sobre su escritorio. El nuevo día siempre lo encontraba babeando sobre la mesa. Sus esfuerzos rindieron frutos: la pared con la que sus amigos se estrellaron se volvió de niebla y los números deseados aparecieron libres del velo de la aleatoriedad.

Lamentablemente para él, los jefes de Taniyama y Suzuki le siguieron los pasos y no estaban dispuestos a dejarlo ir.