Recuerdos de la infancia

La infancia es la época más hermosa de la vida humana. En este momento no hay preocupación ni carga de responsabilidad, sólo alegría, regocijo y travesuras menores. Todavía recuerdo muchos recuerdos de cuando era niño. Cuando recuerdas algunos recuerdos, sonríes, y cuando recuerdas algunos recuerdos, la mente se llena de emociones.

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Pueblo y parque infantil

Crecí en el pueblo cuando era niño. Pueblo significa vastos campos, pequeños ríos, hileras de palmeras y naturaleza tranquila. Frente a nuestra casa había un gran parque infantil. Todos íbamos corriendo allí por la tarde. El escondite, el dariyam y el golachut eran nuestros juegos favoritos. A veces los mayores jugaban al fútbol y nos sentábamos bajo el árbol y gritábamos para animarlos. Solía tener miedo de que mi madre me regañara cuando jugaba, pero ese miedo no duró mucho con Anand.

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Amistad con el río

Un pequeño río pasa por nuestro pueblo. En verano, el agua del río bajaba y íbamos allí en grupos e intentábamos pescar. A veces a mano, a veces hacía pequeñas redes para sujetar las cuentas. Aunque no se capturaron muchos peces, la alegría no puede ser exagerada. Durante la temporada de lluvias, el agua del río subía y entonces intentaba aprender a nadar. El día en que su abuelo aprendió a nadar por primera vez todavía flota ante sus ojos.
La historia del árbol de mango y el árbol.

Teníamos un enorme árbol de mango en nuestro jardín. En verano, el árbol se llenaba de mangos maduros e inmaduros. Por la tarde hubo un concurso de recolección de mangos entre nosotros. Un día fui a recoger mangos con mis amigos y me subí al árbol. Desafortunadamente, una rama delgada se rompió y me caí. Ese día sentí mucho dolor, pero lo curioso es que los mangos se nos cayeron de las manos y todos empezaron a comerlos. ¡Me olvidé del dolor!

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No sólo árboles de mango, sino que en el camino hacia el pueblo había varios tipos de árboles: yaca, coco, tamarindo, mermelada. Durante la temporada de lluvias, la diversión de hacer mermelada y comerla era diferente. La madre ladró y dijo: "¿Por qué comer tanta mermelada? ¡Se te pondrán los dientes negros!". ¡Pero escuchamos a quién!

Aula y primeras lecciones.

En nuestro pueblo había una pequeña escuela donde aprendí por primera vez a reconocer las letras. Mientras iba a la escuela, tenía que caminar de la mano de mi madre y cuando veía a otros amigos frente a la escuela, corría hacia adentro. Tenía mucho miedo de ir a la escuela el primer día, el señor parecía muy enojado. Pero después de un tiempo me di cuenta de que en realidad es una persona muy divertida. Un día cometí un error al no llevarme el libro, pensé que el Señor me castigaría, pero él simplemente sonrió y dijo: "¡No lo olvides mañana!".

Diversión festiva

En el pueblo se celebraban con gran pompa diversas fiestas. Cuando llegó Baisakh, todos usábamos ropa nueva, íbamos a ferias y montamos en Nagardola. Durga Puja, Eid: solía regocijarme en todos los festivales. La noche anterior a Eid, hubo entusiasmo por la ropa nueva. Y la diversión de ir al mandap y ver al ídolo durante la puja fue diferente.

Esos días perdidos

Hoy que estoy inmerso en la ajetreada vida de la ciudad, recuerdo mucho mis días de infancia. Ahora ya no hay que correr por ese campo, ni saltar al río, ni recoger mangos de los árboles. Pero en mi corazón sigo siendo ese niño de aquel pequeño pueblo, que corría descalzo, que disfrutaba mojarse bajo la lluvia, que regañaba a su madre y volvía a ser travieso.

Esos dulces recuerdos de la infancia son quizás el mayor tesoro de la vida. El tiempo cambia la edad aumenta pero los recuerdos infancia permanecen para siempre en un rincón del corazón trayendo una pequeña sonrisa a los días cansados de la vida.